Pronostican un bajo crecimiento para la economía chilena

El Índice de Precios del Consumidor (IPC) subió más de lo esperado en abril y la inflación en un año se aceleró, alertando al Banco Central

Mauricio Palazzo

Infobae

(Desde Santiago, Chile) Poco optimistas han sido los números durante los últimos días para la economía chilena. En abril, el Índice de Precios del Consumidor (IPC) subió un 0,5% y la inflación en un año alcanzó el 4%, y en marzo, el Imacec (Índice Mensual de Actividad Económica), creció levemente un 0,8%.

En este contexto, el Banco Central emitió su nueva edición de la Encuesta de Expectativas Económicas, realizada mes a mes en base a las proyecciones de un grupo de expertos del mundo de las finanzas. Según dicho sondeo, Chile registrará una inflación del 0,3% en mayo y del 0,2% en junio, con lo que acumularía una variación de 3,2% en un año.

Recortes de tasas

Las conclusiones del estudio apuntan a que el Banco Central reduciría la tasa de interés en 50 puntos base este mes, ubicándola en el 6%. La cifra llegaría al 5% en seis meses y al 4,5% en un año.

Esteban Viani, economista de la Universidad Autónoma, afirmó en entrevista con BíoBío que esta expectativa de recorte está relacionada con la tendencia inflacionaria a la baja, producida “principalmente por el dinamismo de la inversión y el mercado laboral”.

“La inflación en mayo, creo yo, va a seguir una tendencia similar a la que tenemos ahora, sería muy raro ver que la inflación subiera. Lo que no sería raro es que se mantenga. Yo espero que la inflación vaya de a poco, aunque de manera no significativa, a la baja, gracias a los esfuerzos del Banco Central”, señaló.

Baja del dólar

Otro pronóstico dice relación con el tipo de cambio. Según el informe, el peso chileno cotizará en torno a los 930 unidades por dólar en dos meses, llegará a los 885 en un año y a 857 en 2026.

El analista de mercados de XTB Latam, Juan Pablo Ponce, aseguró que esto generará un efecto positivo en los precios de los bienes importados como los “combustibles, cereales, productos farmacéuticos y plásticos manufacturados, entre otros”.

Sin embargo, prevé un impacto negativo para los sectores exportadores, ya que “la mayoría de los metales que exportamos actualmente se transan en dólares en los mercados extranjeros y, al disminuir el tipo de cambio, las ganancias en pesos que tienen estas empresas podrían verse afectadas”.

El Banco Central proyectó un crecimiento del PIB de 2,5% para 2024, 2% para 2025 y de 2,1% para 2026.

Crecimiento de 2,5% en 2024

De acuerdo con las estimaciones del Banco Central, la economía chilena habría mostrado un fuerte impulso en abril, creciendo un 2,7%.

El director ejecutivo Centro de Investigación de Empresa y Sociedad de la Universidad del Desarrollo, Víctor Martínez, explicó que dicha proyección está relacionada con un “proceso de recuperación económica, mezclado con que abril tuvo más días hábiles”.

“Esos días hábiles hicieron que la producción industrial tuviera algo más de empuje, para que el Imacec vuelva a subir con una expectativa del 2,7% que hoy muestran los expertos”.

Finalmente, la Encuesta de Expectativas Económicas proyectó una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,5% para 2024, de 2% para 2025 y de 2,1% para 2026.

Proyecciones de la Cepal

El 9 de mayo recién pasado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) revisó levemente al alza la proyección de crecimiento para las economías de la región en 2024. Según estas nuevas estimaciones, el organismo de las Naciones Unidas prevé que la región crecerá en promedio un 2,1% este año, con América del Sur creciendo un 1,6%, América Central y México un 2,7% y El Caribe (excluyendo Guyana) un 2,8%.

La expansión esperada para la región en 2024 se mantiene en la senda del bajo crecimiento económico observado en los últimos años, y el gran desafío es cómo avanzar hacia un crecimiento más alto, dinámico e inclusivo, indicó la Comisión de la ONU.

La región está enfrentando un escenario internacional complejo, caracterizado por un crecimiento de la actividad económica y el comercio global por debajo de sus promedios históricos, junto con tasas de interés que permanecen altas en los países desarrollados, redundando en mayores costos de financiamiento para los países emergentes.