F1 | GP DE EMILIA ROMAÑA / Verstappen suda con Norris

Victoria de Max, sin batería ni neumáticos al final, por delante de un Lando que fue de menos a más. Leclerc completó el podio. Sainz fue quinto y Alonso, 19º.

Jesús Balseiro
As
Verstappen venció en Ímola pero no el domingo, fue el sábado: con el rebufo que rascó al inicio de la vuelta se autorregaló dos décimas que le valieron la pole con un Red Bull cada vez menos boyante. Desde ahí, en un circuito espectacular (Acqua Minerale, Rivazza…) que no ofrece puntos de adelantamiento ni variedad estratégica, apenas tuvo que defender la posición en la salida y cambiar neumáticos cuando tocaba. Ni siquiera detrás hubo alternativas. Arreció el calor, aumentó la degradación y el conservadurismo imperó en la parrilla. Gana en los días buenos y en los no tan buenos. Entre horas pilotó con su simulador para participar con su equipo en las 24H de Nurburgring virtuales. Quizás ya no le llena una victoria en la F1 y necesita otros alicientes para el fin de semana. Lo siguiente puede ser la vestimenta estrafalaria, las honorables causas sociales o el cuidado de las abejas. O cambiar de equipo, para ver qué pasa.

El tricampeón venció de cabo a rabo (apenas cedió el liderato un par de vueltas tras su cambio de neumáticos) por delante de Norris, porque el ritmo de McLaren llegó demasiado tarde; y un Leclerc con menos capacidad que iniciativa. Acabó muy justo Max, pidiendo la hora, sus neumáticos no tenían mucho que ofrecer y la batería estaba vacía. Protestó algo por la radio, Lando lo vio y respondió con tímida presión en el tercio final. Se acercó bastante, le recortó cerca de cinco segundos. Pero ni con esas llegó a abrir el DRS en la última vuelta. Cruzó la meta a siete décimas del Red Bull. Otra vez será, porque con ese McLaren habrá más oportunidades.

Leclerc tuvo unos minutos en los que pareció acercarse a Lando, pero fueron otros quienes levantaron de su asiento a los tifosi. Copletó el podio a siete segundos de la cabeza. La última victoria de Charles en Italia, y de Ferrari, fue en septiembre de 2019, en Monza. Esto no es un Maracanazo porque el SF-24 nunca estuvo en condiciones de ganar en Ímola. Ni con el paquete aerodinámico nuevo. Ironías del destino, dicen en el garaje de los italianos que este es un circuito McLaren. El Autódromo Enzo y Dino Ferrari “es un circuito Red Bull y McLaren”. Si Enzo levantara la cabeza…

Sainz fue quinto. Perdió una plaza por estrategia con Piastri por una parada retrasada en exceso, y que tampoco le permitió aspirar a un coche de seguridad oportuno (que nunca llegaría). Fin de semana más bien discreto en su lado del garaje. En esta fase de meseta de la temporada será tan importante los movimientos fuera de la pista, para asegurar un buen volante en 2025, que las actuaciones en los grandes premios. Los Mercedes, Checo fuera de sitio (salió con duras para remontar desde la undécima plaza y acabó octavo), Tsunoda (su equipo hace multitud de test aquí, tienen el punto del circuito) y un convincente Stroll cerraron los puntos.

No fue el día de Carlos ni el fin de semana de Alonso. Corrió contra la corriente, salió desde el pit lane, cambió neumáticos en la vuelta ocho para rodar en aire limpio y le respondieron tres coches una vuelta más tarde, condenándolo al tren de la bruja. Al final hizo una segunda parada. Fue 19º. El valor de su carrera se juzgará en las próximas semanas: si sirvió para recoger datos y afinar las evoluciones de cara a Mónaco, Montreal y lo que surja, que sabrá en Mónaco, Montreal y lo que surja. Hizo tres paradas y probó los tres compuestos de Pirelli. Suena más a un test que a una carrera. Por lo demás, Ímola amenazó con accidentes, banderas rojas y coches de seguridad en las categorías pequeñas, pero la carrera de F1 fue limpia. Un visto y no visto. Una etapa llana con viñedos en lugar de campos de girasoles al compás del helicóptero. Con esprint final y todo.




Entradas populares