Cuál es la planta que protege el hígado y sirve para tratar las molestias estomacales

Entre otras propiedades, nutre la piel y el cabello y es capaz de mejorar la circulación sanguínea

Las hojas y semillas de moringa son ricas en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios, como la vitamina A, la vitamina C, la vitamina E y los polifenoles, unos compuestos esenciales para la salud de la piel, ya que combaten los radicales libres que pueden causar daño celular y envejecimiento prematuro. La vitamina C, en particular, es crucial para la producción de colágeno, una proteína que mantiene la piel firme y elástica.

Además, el aceite de semilla de moringa se utiliza en cosméticos gracias a sus propiedades hidratantes y nutritivas. Su contenido en ácidos grasos ayuda a mantener la piel suave y bien hidratada, y su aplicación regular puede reducir la apariencia de líneas finas y arrugas. En cuanto al cabello, la moringa proporciona nutrientes esenciales que lo fortalecen y puede prevenir la caída y promover el crecimiento saludable.

Más allá de lo estético, esta planta almacena compuestos, como la silimarina y la quercetina, que protegen al hígado del daño inducido por toxinas. Así, pueden contribuir a la reducción de los niveles de enzimas hepáticas elevadas, indicativas de daño hepático, y mejorar la función hepática en general. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, pueden prevenir la inflamación crónica del hígado, una condición que puede conducir a enfermedades hepáticas graves, como la cirrosis y el cáncer de hígado.

Sus compuestos bioactivos, como los glucosinolatos y los isotiocianatos, son conocidos por sus propiedades anticancerígenas, pues son capaces de inducir la apoptosis (muerte celular programada) en células cancerosas y prevenir su proliferación. Además, los antioxidantes presentes en la moringa combaten el estrés oxidativo, que está vinculado al desarrollo de cáncer.

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Aquellas mismas habilidades antiinflamatorias son efectivas para combatir los edemas, que es la hinchazón causada por la acumulación excesiva de líquidos en los tejidos del cuerpo. Los flavonoides y los antioxidantes presentes en esta planta pueden ayudar a reducir la inflamación y mejorar la circulación sanguínea, facilitando la eliminación de líquidos retenidos. El uso de la moringa para tratar el edema puede ser una alternativa natural a los medicamentos diuréticos tradicionales, a la vez que ofrece una solución sin efectos secundarios significativos.

Tradicionalmente, la moringa se ha utilizado para tratar una variedad de problemas digestivos, incluyendo el estreñimiento, la gastritis y la colitis ulcerosa. Y es que sus altos niveles de fibra en las hojas mejoran la digestión y promueven la regularidad intestinal, además de aliviar los síntomas de afecciones como la enfermedad inflamatoria intestinal.

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