CHAMPIONS (FINAL) | B. DORTMUND - R. MADRID / Examen final para sacar un 15

Un Madrid favorito puede cerrar la temporada perfecta con la Decimoquinta o sufrir un chasco inesperado. Carvajal, Nacho, Modric y Kroos, que hoy juega su último partido de blanco, a hacer historia.

Luis Nieto
As
El Madrid ha ganado cinco de las últimas diez Champions, las ocho finales que ha disputado desde 1998, siete de ellas en años pares por si vale para la cábala, llega como campeón en España frente al quinto de la Bundesliga, al que supera en la casi totalidad de los registros de esta campaña europea (goles, tiros, pases, posesión, ataques), ha eliminado ya a dos equipos alemanes que quedaron por delante del Dortmund (Leipzig y Bayern) y en todo el curso solo ha podido derrotarle un equipo, el Atlético. Cada uno de estos datos es una invitación al optimismo, pero ninguno resulta concluyente. En una final se parte de cero y no siempre gana el de mejor pasado. A veces, ni el de mejor presente. Se lo han repetido al mundo y a sí mismos los jugadores blancos a lo largo de la semana, conscientes de que un año magnífico podría acabar en chasco, especialmente en un club en que la Champions lo es casi todo.

De la final de 2014, que abrió la tercera era gloriosa en el Madrid, solo se mantienen Carvajal, Nacho y Modric. El dato explica la extraordinaria capacidad del equipo para renovarse sin perder tracción. La plantilla actual tiene exactamente la misma media de edad que aquella, 27,3 años, y un potencial similar pese a haber ido perdiendo por el camino Balones de Oro (Cristiano, Benzema) y referentes mundiales en su puesto (Casillas, Sergio Ramos). Desde aquel 2014 el Madrid ha ganado cinco Champions y ha estado cuatro veces en semifinales. No se conoce un caso igual. Para esta final lleva preparándose casi un mes. Ha disputado cuatro partidos de Liga intrascendentes para despejar las últimas dudas y ya no queda ninguna. Courtois será el portero, en su quinto partido después de su rotura de cruzado y de su operación de menisco posterior. Le han tirado 16 veces y no le han hecho un gol. Prueba superada.

Courtois, en el entrenamiento del Madrid en Wembley
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Courtois, en el entrenamiento del Madrid en WembleyCarl RecineREUTERS

La otra incógnita, Militao, que sufrió la misma lesión que Courtois, quedó despejada la tarde en que Sorloth hizo un póker en Villarreal. Allí flaqueó y convenció a Ancelotti de que el mejor Nacho es muy superior a un Militao a medio recuperarse. El resto está cantado desde hace tiempo, aunque el estado de forma no es uniforme: Vinicius llega lanzado (cinco goles y una asistencia en los últimos cinco partidos), Bellingham, a medio gas, y Rodrygo, en sequía (cinco partidos sin marcar).

Terzic, de hincha a técnico

El Dortmund es un disidente histórico, desde su nacimiento, producto de una escisión en la asociación juvenil católica dedicada al deporte de la que brotó porque le daba la espalda al fútbol. Durante el nazismo, algunos de sus dirigentes fueron ejecutados por la Gestapo. Y en la era moderna, ha sido el principal opositor al Bayern, que le quitó la mayoría de los títulos y algunos de sus jugadores más importantes (Götze, Lewandowski, Hummels, Guerreiro).

Edin Terzic dialoga con Jadon Sancho.
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Edin Terzic dialoga con Jadon Sancho.Dylan MartinezREUTERS

Desde la temporada pasada lo entrena Edin Terzic, 41 años, nacido a 40 kilómetros de Dortmund e hincha del equipo desde niño. “En la Champions del 97 no pude estar en Múnich, pero lo vi en una pantalla gigante en nuestra ciudad. Recuerdo que fui a recibir al equipo al aeropuerto con mi hermano”, explicó en un documental esta semana. Jugador que no pasó de la cuarta alemana, se inició como ojeador en el Borussia de Klopp. “Iba vestido de camarero para poder tomar notas con discreción”. Hijo de bosnio y croata, fue ayudante de Slaven Bilic en Besiktas y West Ham antes de volver al Dortmund como segundo de Lucien Favre, al que acabó sustituyendo en 2020. Dejó al equipo tercero y campeón de Copa. Fue nombrado entonces director deportivo y como la llegada de Marco Rose no salió bien, volvió en 2022 como técnico. El año fue excelente y el final, dramático: perdió una Bundesliga que tenía ganada por empatar con el Mainz en la última jornada. Aquel día no pudo estar, por lesión, Bellingham, primer informador hoy de Ancelotti.

El Dortmund también es un ejemplo de regeneración. En los últimos tres años vendió, por 280 millones, al inglés del Madrid, a Haaland, a Akanji y a Sancho, entre otros, pero ha recompuesto bien el equipo.

Un ataque temible

Hummels, 35 años, miembro de aquella Alemania campeona Sub-21 de 2009 que copió el tiquitaca (Neuer, Boateng, Khedira, Özil), se crio en la cantera del Bayern en una etapa en la que su padre, Hermann, era director de categorías inferiores, pero hizo toda su carrera de amarillo, con un paréntesis de tres años con los muniqueses. Él y Reus son los únicos supervivientes de la final de la Champions perdida en Wembley ante el Bayern en 2013. Vive una segunda juventud y sostiene la defensa junto a Schlotterbeck, convocado por Alemania para la Eurocopa. Por delante se mueven dos mediocentros expertos, Emre Can y Sabitzer, pero el fuerte del equipo está en la línea de mediapuntas.

Los jugadores del Dortmund, sobre el césped de Wembley.
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Los jugadores del Dortmund, sobre el césped de Wembley.ANDY RAINEFE

Sancho fue vendido hace tres años al Manchester United, pero no se adaptó. Fue apartado dos veces del equipo y Ten Hag le dio por perdido. Regresó a préstamo y ahora está a centímetros de su mejor versión. Lo mismo le sucede a Julian Brandt, otro talento precoz. Con 17 años ya jugaba Champions con el Leverkusen. En 2019 lo fichó el Dortmund y su carrera pareció estancarse. Se le acusaba de falta de carácter. Ahora ha mejorado en juego y liderazgo. Completa la línea Adeyemi, alemán de padre nigeriano y madre rumana. Zurdo, con 22 años, es una bala. Puede recorrer 30 metros en 3,6 segundos, mejor registro que los de Bolt en tramo corto, y se le ha medido una velocidad punta de 36,3 kilómetros hora. Es el segundo jugador más rápido de esta Champions y una fuente de preocupación para Carvajal: “Me gusta poner nerviosos a los defensores en el uno contra uno o corriendo a su espalda”. En punta estará Füllkrug, pichichi de la Bundesliga el curso pasado con el Werder Bremen, un delantero rompedor, corpulento, bueno en el juego aéreo y habitual en la selección alemana, que le ha quitado el sitio a Haller.

Estas, más un trozo de Muro Amarillo, más el factor sorpresa, son las armas del Dortmund. Las del Madrid siempre han estado ahí: la personalidad y la ambición. Necesitará ambas para alzar la Decimoquinta, que sería la sexta para Carvajal, Nacho, Kroos y Modric. Gento espera a otros cuatro apóstoles.

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