Qué pasa después de la muerte
Un estudio pionero de Cleveland Clinic de Estados Unidos arroja luz sobre el proceso fisiológico que sufre el cuerpo humano
Loq ue primero sucede tras la muerte es que músculos del cuerpo se relajan, lo que provoca que las funciones básicas del organismo se detengan y, en consecuencia, liberen los contenidos de la vejiga y los intestinos.
Posteriormente, la temperatura corporal disminuye progresivamente hasta igualar la del ambiente que lo rodea: este proceso es conocido como algor mortis.
La muerte es el último proceso natural que experimenta el cuerpo humano, y marca el cese de todas sus funciones vitales. La duración del proceso de muerte varía significativamente dependiendo del estado de salud del individuo, los tratamientos recibidos y la causa específica del deceso.
Enfermedades cardíacas, pulmonares crónicas y cáncer, tienen tratamientos capaces de prolongar tanto la vida como el proceso de morir. La anticipación de la muerte puede reconocerse a través de signos como una disminución en el apetito, así como cambios en los procesos digestivos y sensoriales.
Qué pasa fisiológicamente los momentos previos a la muerte
Antes del fallecimiento, el cuerpo muestra una serie de transformaciones: desde una mayor necesidad de descanso y reducción del apetito hasta alteraciones en la percepción del entorno.
Las funciones digestivas se ralentizan, y es común la pérdida del control del intestino y la vejiga. Igualmente, los músculos y la piel se debilitan, lo que puede dar lugar a problemas como estreñimiento, incontinencia y escaras.
Estas transformaciones son el resultado de la incapacidad del cuerpo para mantener sus funciones vitales, lo que desemboca en un estado de reposo y finalmente, en el cese total de la actividad corporal.
La atención de seres queridos y personal médico es crítica durante esta fase, asegurando el confort y monitoreando posibles signos de infección en el moribundo.
Este fenómeno no solo subraya la complejidad del proceso de muerte sino que también revela cómo intervienen factores como las condiciones de salud previas y los tratamientos médicos recibidos, los cuales pueden influir en la duración de este proceso. En este estudio, se enfatiza la importancia de comprender las etapas finales de la vida no solo desde una perspectiva médica sino también desde una visión humanitaria, resaltando la necesidad de cuidados paliativos adecuados.