La causa judicial contra Begoña Gómez que desembocó en un escenario insólito en democracia: Sánchez, ante sus horas más decisivas

El presidente emprende un nuevo viaje en su extenso ‘manual de resistencia’ con un destino incierto. El lunes anunciará si dimite como presidente o sigue al frente del cargo

“Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor”, anunció Sánchez en una misiva a la ciudadanía difundida en la red social X. “El próximo lunes, 29 de abril, compareceré ante los medios de comunicación y daré a conocer mi decisión”, zanjó el líder del Ejecutivo.

A partir de aquí, el panorama es incierto y amenaza con monopolizar la conversación política. Todo ello a las puertas del inicio de campaña de las elecciones catalanas del 12 de mayo. De hecho, el secretario general de los socialistas, que tenía previsto acudir a dos mítines (este jueves en Barcelona y el domingo en Santa Coloma de Gramanet) no lo hará. En la agenda de Sánchez también figuraba su asistencia al Comité Federal del próximo sábado para ratificar la candidatura de Teresa Ribera para las elecciones europeas.

A la espera de que el presidente del Gobierno tome su decisión, el PSOE no tardó en salir en bloque a arropar a Sánchez. “Las mentiras duelen pero nunca ganan. Ganará una vez más tu determinación y nobleza. Siempre en tu equipo, presidente”, escribió la portavoz del PSOE, Esther Peña, un resumen de lo que expresaron además muchos otros cargos del partido, líderes territoriales y miembros de la parte socialista del Ejecutivo.
Pedro Sánchez anunciará el lunes si dimite como presidente del Gobierno.

Los prolegómenos del anuncio

Horas antes de esta decisión “personal” sin precedentes, como apuntaron en Moncloa, cuando la información sobre la esposa de Sánchez empezó a circular antes del inicio de la sesión de control al Gobierno, ningún dirigente se atrevió a hacer declaraciones al respecto. De hecho, en el cuerpo a cuerpo entre Sánchez y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, este último no sacó el asunto en su intervención. No fue hasta la pregunta del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, cuando esta cuestión saltó a la palestra y lo hizo para salir en defensa del presidente: “Está usted sintiendo en sus carnes la guerra sucia, le entiendo perfectamente”.

En Ferraz tampoco quisieron entrar al trapo de manera oficial. “No le vamos a dar más pábulo”, sostienen fuentes del PSOE en alusión a que, por lo pronto, se trata de diligencias previas. No obstante, en el partido precipitaron el anuncio de la candidatura de Teresa Ribera para liderar a los socialistas en las elecciones al Parlamento Europeo, una confirmación en un principio prevista para este jueves, según habían apuntado fuentes de Moncloa.

En todo caso, desde el cuartel de los socialistas deslizan que la noticia sobre la causa aparezca menos de 24 horas después de conocerse que Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, propusiera a la Fiscalía asumir ocho meses de cárcel y pagar unos 525.000 euros por dos delitos fiscales para evitar ir a juicio.

Fuentes de la parte socialista del Gobierno consideraron que la polémica judicial no tendrá mucho más recorrido al tratarse de una denuncia de la cuestionada organización Manos Limpias, el pseudosindicato encabezado por Miguel Bernad (vinculado a la ultraderecha). “Es una denuncia falsa más”, comentó de manera concisa el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños.

Una estrategia de la derecha

No obstante, en el Gobierno mostraron en público y en privado su preocupación por esta cuestión, que atribuyen a una estrategia de la derecha y la ultraderecha, como horas después verbalizó el presidente del Gobierno en su carta. “No me sorprende la sobreactuación del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal. En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias. De hecho, fue el Sr. Feijóo quien denunció el caso ante la Oficina de Conflicto de Intereses, pidiendo para mí de 5 a 10 años de inhabilitación para el ejercicio de cargo público”, reprochó Sánchez en la carta.

En la mañana del sábado, el Ejecutivo denunció la “campaña de acoso” contra la mujer del presidente del Gobierno, como aseveró el titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. El dirigente socialista lamentó que con ella se haya traspasado “una línea absolutamente roja” para intentar manchar a alguien que es “intachable” y mostró su “absoluta indignación” porque cree que las familias deberían quedar fuera del juego político.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante una sesión de control al Gobierno. (Jesús Hellín/Europa Press)
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante una sesión de control al Gobierno. (Jesús Hellín/Europa Press)

Por otro lado, la vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, advirtió que el Ejecutivo no permitirá que actitudes “trumpistas” como esa denuncia “falsa” socaven la democracia. Y acusó al PP de usar una denuncia de una “organización ultraderechista” para difamar e injuriar a la Presidencia del Gobierno. “Estamos ante el peor PP de la historia y evidentemente el señor Feijóo se confunde con las prácticas y los discursos de la derecha y la ultraderecha”, afeó la número dos de Sánchez.

Los populares pusieron el foco en el líder del Ejecutivo, a quien pretenden cercar cada vez más: “El problema no es su mujer, sino Pedro Sánchez, y por qué bajo su presidencia del Gobierno su Consejo de Ministros aprobó financiación para empresas recomendadas por Begoña Gómez”, sostuvo la vicesecretaria de Sanidad y Educación, Ester Muñoz. Antes del anuncio de Sánchez, en Génova todavía se guardan la carta de llevar a Gómez ante la comisión del caso Koldo en el Senado, una opción que el propio Feijóo descartó hace unas semanas cuando excluyó el nombre de la esposa de la presidenta del Gobierno de su lista de comparecientes porque, dijo, “no es mi forma de hacer política, no es mi estilo”. En todo caso, el PP no ha asegurado que cumpla con el pacto tácito de no agresión entre los máximos dirigentes de PSOE y PP.

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