Presentaron en el Congreso de Estados Unidos un proyecto para contrarrestar la influencia de China en América Latina y el Caribe
Dieron a conocer la “Ley de las Américas”, que tiene como objetivo de crear una asociación comercial permanente y en constante expansión de países del hemisferio occidental
El “gran premio” para los países latinoamericanos contenido en este proyecto -dijo la congresista María Elvira Salazar- “es que puedan aliarse al tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá”.
La legislación otorgará 60.000 millones de dólares en préstamos y 10.000 millones de dólares en incentivos fiscales para ayudar a que las empresas estadounidenses retornen al país.
América Latina es la única región con la cual Estados Unidos tiene un superávit comercial con exportaciones que en 2023 alcanzaron los 200.270 millones de dólares, en comparación con importaciones por 145.408 millones de dólares, según la Oficina de Análisis Económico (BEA, en inglés).
“Debemos nivelar el campo de juego entre las democracias amantes de la libertad y aquellos que explotan las reglas como China. Lo hacemos volviendo a centrarnos en el hemisferio occidental para mejorar el comercio, traer la manufactura de vuelta a nuestras costas y poner fin a la creciente influencia de China”, dijo Cassidy en un comunicado. “Nuestra Ley de las Américas hará que las economías en todo el hemisferio sean más resilientes, los gobiernos más estables y nuestro hemisferio más próspero”.
Por su parte, Bennet agregó que “ninguna región tiene lazos más fuertes con Estados Unidos que el hemisferio occidental. Sin embargo, en los últimos años hemos fallado en ofrecer a la región una alternativa económica convincente a la creciente influencia de China. Este proyecto de ley cambia eso. Crea una oportunidad para que Estados Unidos renueve nuestras asociaciones en América Latina y el Caribe, fortalezca el estado de derecho, profundice la prosperidad económica y abrace nuestros valores en una lucha compartida por la democracia”.
“Ya es hora de desatar todo el potencial económico de Estados Unidos y América Latina. La Ley de las Américas es la solución para hacer crecer nuestra economía y llevar estabilidad al hemisferio”, dijo la representante Salazar. “Este proyecto de ley creará oportunidades comerciales y empleos de clase mundial en Miami, ayudará a nuestros aliados en América Latina, construirá resiliencia para las cadenas de suministro estadounidenses y combatirá la influencia de China”.
Espaillat explicó que en su esencia, la Ley de las Américas es “una herramienta de creación de empleo multimillonaria para Estados Unidos y sus aliados en América Latina y el Caribe. Con sus préstamos de relocalización y cercanía, beneficios fiscales y otras ayudas en forma de subvenciones dirigidas para los trabajadores en casa y en nuestros países socios del hemisferio occidental, la Ley de las Américas traerá empleos e inversión de vuelta a nuestro hemisferio y frenará las causas fundamentales de la migración al poner más dinero en los bolsillos de las familias trabajadoras”.
Al crear programas de subvenciones tanto para textiles como para dispositivos y equipos médicos, este proyecto de ley fortalecería directamente dos de las industrias de exportación más grandes e importantes para los actuales socios comerciales del hemisferio occidental de Estados Unidos, incluida la República Dominicana, de acuerdo a Espaillat.
“Si nuestra dependencia de la manufactura china y nuestra falta de producción doméstica y aliada no se abordan adecuadamente, nuestra cadena de suministro seguirá estando en riesgo de manipulación por parte del PCCh, poniendo a los estadounidenses en peligro”, dijo Gallagher. “Debemos alentar a las industrias clave a comenzar a diversificar sus cadenas de suministro. Porque si nos encontramos en una confrontación con China por Taiwán, los consumidores estadounidenses sufrirán mucho dolor; esta es aún más razón para ser inteligentes al respecto desde el principio”.
El año pasado, Cassidy y Bennet hablaron ante el Consejo de las Américas sobre este proyecto, y destacaron la necesidad de que Estados Unidos reimaginara su descuidada política hacia América Latina y adoptara un enfoque más integral hacia el hemisferio. Se centraron en el mecanismo del plan para expandir el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA), el estándar de oro para los acuerdos comerciales, y en la nueva corporación de inversiones que promovería el desarrollo económico en todo el hemisferio. Los retornos generados por la corporación de inversiones pagarían completamente el plan.