Mover armas rápido a través de Europa es crucial para disuadir a Rusia, pero el progreso es lento
Desde la Guerra Fría, las fuerzas que se desplazan por el continente se han visto enredadas en una red de regulaciones nacionales y requisitos aduaneros, mientras que se ha descuidado la infraestructura física necesaria
Es probable que la respuesta sea “bastante”. Desde la Guerra Fría, las fuerzas que se desplazan por toda Europa se han visto enredadas en una red de regulaciones nacionales y requisitos aduaneros, mientras que se ha descuidado la infraestructura física necesaria, como sistemas ferroviarios resistentes y puentes lo suficientemente fuertes como para soportar el peso de los camiones de transporte.
Mejorar la movilidad militar en Europa abordando estos obstáculos supuestamente ha sido una prioridad importante tanto para la OTAN como para la Unión Europea desde la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. Cuatro años más tarde, la movilidad militar se añadió a la “declaración conjunta” que la UE y la OTAN había emitido por primera vez en 2016 sobre cómo las dos organizaciones podrían trabajar juntas de manera complementaria. La UE pasó a crear un plan de acción para la movilidad militar, denominado “Schengen militar”, y para hacerlo realidad se creó un proyecto liderado por los holandeses, PESCO (Cooperación Estructurada Permanente).
Después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, la UE inyectó mayor urgencia al anunciar un nuevo plan que abarca cuatro pilares principales: los llamados “corredores multimodales”; reforma regulatoria; resiliencia y preparación (particularmente centrada en las amenazas a la seguridad de los sistemas de transporte); y “asociaciones dedicadas”, que esencialmente significan una estrecha cooperación entre la UE y la OTAN, para cuyo fin Estados Unidos, Canadá, Noruega y Gran Bretaña han unido fuerzas. En enero, la UE declaró que se habían gastado 1.690 millones de euros y ahora estaba asignando otros 807 millones de euros para 38 proyectos adicionales destinados a mejorar el transporte de tropas y equipos.
Pero advierte que además de reformar el marco legal y regulatorio, es necesario tener suficientes vagones para transportar equipo militar pesado. Ucrania ha demostrado cuán vitales son los trenes para llevar tanques, otros vehículos de combate y municiones al frente. Pero en conversaciones con el operador ferroviario alemán Deutsche Bahn, el general Hodges descubrió que puede tener menos del 10% de los vagones que se necesitarían en una crisis.
Las preocupaciones de la OTAN también incluyen una escasez de equipo militar de puente y un “apoyo de la nación anfitriona” inadecuado para las fuerzas que llegan. Una sola brigada blindada con al menos 50 tanques debe disponer de 15 kilómetros cuadrados de espacio para satisfacer todas sus necesidades. El general Hodges dice que la OTAN debería hacer mucho más almacenamiento avanzado de repuestos y municiones. También habrá que proteger de ataques tanto los puntos de reunión como los centros logísticos. Refiriéndose a la experiencia de las fuerzas ucranianas, un alto funcionario de la OTAN dice: “Necesitamos mucha más defensa aérea y antimisiles. Estamos a punto de dar a los aliados la mayor señal de demanda para la próxima década”.