F1 | GP DE AUSTRALIA Dulce venganza de Carlos Sainz
Victoria del español en Australia por delante de Leclerc y Norris. Adelantó a Verstappen, que abandonó. Volvía de la operación... y del duro invierno. Alonso, octavo tras una sanción.
Adelantamiento duro al campeón
La salida fue rápida, sin incidencias. En la primera curva no hubo sustos, Carlos se abrió al exterior para buscar la trazada buena y tras él nadie destacó para bien o para mal. Pronto abrieron un hueco Verstappen y Sainz. Pero poco duró: en la segunda vuelta, con el DRS abierto, el español se tiró con todo en la recta de atrás para adelantar al Red Bull. Solo necesitó un intento para tumbar al piloto al que nadie se había acercado hasta ahora en 2024. Lástima que la mecánica eliminase del duelo a Max: pronto se vio que su rueda delantera trasera echaba humo. Había algún tipo de bloqueo en los conductos del freno y debió dejar pasar a todo el pelotón, llegar último al ‘pit-lane’ y abandonar un coche en llamas. Se acabó la racha, así es la F1.
A partir de ahí, nueva situación: Sainz delante seguido de Norris, Leclerc y Piastri. Los dos últimos adelantaron sus paradas (vuelta 10) y al monegasco le sirvió para superar al primer McLaren, holgadamente, con un ‘undercut’. Carlos esperó hasta la 17. Una más tarde, Hamilton debió aparcar el Mercedes en una escapatoria por fallo de motor. Coche de seguridad virtual, pero delante estaban todos servidos. Realmente solo se aprovechó Alonso, que era primero por las circunstancias (salió desde el 10º con duros, mientras que el resto llevaba medios) y pudo cazar unos cuantos puestos y asentarse cerca de los mejores.
Fuego amigo, la única amenaza fantasma
Una vez se retiró el VSC, Leclerc llegó a abrir el DRS, segundo tras Sainz. Fueron unos instantes nada más. Tenía la orden clara de cuidar sus neumáticos porque la carrera, a dos paradas en Melbourne, se presumía dura por el ‘graining’ y la degradación desigual. Entonces, martillo pilón de Sainz: vuelta tras vuelta, llegó a gestionar una ventaja de ocho segundos sobre su compañero. Más atrás, los McLaren se liaban a sí mismos, obligando a Piastri a dejar pasar a Norris (que paró demasiado tarde) y regalando segundos ambos por el camino. Los segundos ‘pit-stop’ delante llegaron entre las vueltas 35 (Leclerc) y 42 (Sainz), aunque más allá de los arreones de unos y otros por la vuelta rápida no había nada que temer. Cuando Sainz regresó a la pista con 16 vueltas para terminar y unos neumáticos duros a estrenar, ya sabía que solo una fatalidad podría apartarle del triunfo. El único rival de verdad era su vecino de garaje, y estaba minimizado.
Para el ‘rush’ final quedó un accidente tonto de Russell que destrozó el Mercedes. El inglés perseguía a Alonso, sexto final por detrás de los cuatro grandes aquí, más Checo Pérez (posteriormente, el asturiano fue sancionado con 20 segundos y termina octavo). Un coche de seguridad virtual cerró la última vuelta y Sainz esperó a Leclerc para que los dos Ferrari vieran juntos la bandera a cuadros. De ahí al corralito, donde, por si había dudas, Ferrari acudió en masa a celebrar la victoria con más casta de los últimos tiempos. Después al podio, emotivo, de la tercera victoria de Carlos en la Fórmula 1 tras Gran Bretaña 2022 y Singapur 2023. Con suerte estaba viendo la carrera alguno de esos ‘team principal’ que tiene un asiento top libre para el año que viene