Armar el frente: el dilema de Diego Martínez con los delanteros de Boca
Merentiel mostró argumentos en los últimos meses para mantenerse como titular. Cavani sigue con la pólvora mojada y Langoni debió ocupar una posición que le resulta incómoda. Por ahora, Benedetto corre de atrás.
Los entrenadores suelen calificar de "problema lindo" al momento en el que les cuesta decidirse por un jugador en especial para que sea el titular cuando hay varios que lo merecen. Si bien es una frase hecha, y un poco contradictoria por el choque de dos palabras diametralmente opuestas, ya pertenece al vocabulario cotidiano de los entrenadores. Con la calidad y jerarquía que tiene en el frente ofensivo, Diego Martínez debería estar enfrentándose, justamente, ante un "problema lindo" en su nuevo Boca, pero se convirtió en un dilema existencial por algunos bajos rendimientos y otros muy altos de sus atacantes.
Tan satisfechos quedaron los dirigentes que hicieron el esfuerzo económico para utilizar la opción de compra de 3 millones de dólares por el 100 por ciento de su ficha. Con el aterrizaje de Martínez al banco de suplentes, Merentiel continuó como titular. Si bien no había podido marcar en el debut oficial contra Platense, se despachó con una definición exquisita para abrir el marcador en el empate 1-1 frente a Sarmiento. Su instinto goleador está tan en evidencia que resulta posible pensar que tiene el lugar asegurado.
Al Matador le costó entrar en ritmo apenas arribó al Xeneize en agosto de 2023. Si bien era notorio que tenía el arco cerrado, siempre se destacó por ser solidario en la presión y por participar fervientemente de la creación del juego. Los controles orientados, los pases de primera de espaldas y su visión para moverse y habilitar a los compañeros daban cuenta de que era un jugador de una jerarquía distinta. Quizás fue por eso que Martínez lo pensó en algún momento como una especie de enganche tradicional. Sin embargo, las redes no se rompieron y la paciencia comenzó a acabarse de a poco entre los hinchas.
El primer indicio se vio en la final de la Copa Libertadores, cuando tuvo la chance de quedar cara a cara con el arquero de Fluminense, pero prefirió cedérsela hacia atrás a su compatriota con pasado en Defensa y Justicia. Fue criticado por algunos simpatizantes por no haberse animado a patear al arco.
Aunque lo peor llegó en la tarde del 1 de febrero del 2024. El ex-PSG tuvo tres oportunidades inmejorables para anotar ante Sarmiento. En la primera, limpió al arquero del Verde y definió con sutileza, pero estaba en clara posición adelantada. Su segundo tiro se estrelló en el travesaño de uno de los arcos del Gasómetro. Y en la tercera, la más insólita, le pifió a la pelota luego de un pase en cortada sublime de Kevin Zenón, que ofició de lanzador constante. A pesar de acumular algunos cuestionamientos, el DT salió a apoyarlo: "Lo más importante es mantener la calma. Peor sería que no tuviera esas situaciones, él las genera. Y los desmarques que hizo fueron espectaculares. Será cuestión de tiempo y, en cuanto entre una pelota, vendrán muchas más".
Langoni, relegado a una posición incómoda
El explosivo atacante volvió a jugar con frecuencia a inicios de este año tras un 2023 que lo aquejó con varias lesiones musculares en el mismo sector. El arranque del ciclo Martínez lo encontró compartiendo el frente ofensivo con Miguel Merentiel, una muestra del estilo que le quería impregnar el DT a su dupla: un nueve de referencia y otro delantero que se mueva más por afuera.
Para recibir a Sarmiento, el entrenador probó con tirarlo a la banda derecha y que jugara como un ocho, algo que ya había intentado -sin éxito- Jorge Almirón durante algún partido de su etapa. El jueves quedó expuesto que Langoni no se siente del todo cómodo en ese lugar. Primero, porque recorrer todo el andarivel requiere de un esfuerzo físico mucho más importante del que está acostumbrado como segunda punta. Y, además, porque pierde esa chispa y astucia que lo llevaron a ser el héroe del Boca campeón de la Liga Profesional 2022. Su instinto de gol es innegable, pero con las responsabilidades de la marca se disuelve.
Benedetto, cuarta opción en el ataque de Boca
El Pipa supo ser el más aclamado por la hinchada xeneize. Su versión 2018 le permitió convertir todo tipo de goles, desde los estéticos hasta los importantes. Pero, poco a poco, empezó a perder lugar en la consideración. Pasó de ser una fija a un suplente. Apenas contabilizó seis goles en los 41 compromisos que jugó la temporada pasada. Su partido más descollante fue la final de la Supercopa Argentina ante Patronato, en la que se despachó con un hat-trick.
Recibió propuestas para emigrar al exterior en este mercado, pero las rechazó porque su deseo es continuar en el cuadro de la Ribera. “Obviamente uno quiere jugar, pero estoy para aportar desde el lugar que me toque. De mi parte estoy a disposición para el cuerpo técnico, para cuando decida que tengo que jugar hacerlo, ya sea de titular o suplente. O apoyar desde afuera”, apuntó después de la primera jornada de la Copa de la Liga. Los números son elocuentes: solo disputó 20 minutos oficiales en la Era Diego Martínez.
