Así sería una explosión nuclear vista desde el espacio o un simulacro nuclear en plena calle

La tecnología actual permite recrear cómo se verían las detonaciones desde ángulos hasta ahora impensables, pero los resultados son tan aterradores como dispares.

David Arroyo
As
‘Oppenheimer’ ha reavivado la pasión por la historia del siglo XX y más en concreto por la historia de la bomba atómica y las explosiones nucleares. Dos temas a los que hoy día la tecnología nos permite acercarnos como nunca antes. Para muestra los vídeos que tenéis a continuación, en los que podemos ver las aterradoras consecuencias de dicho fenómeno.

El primero que os traemos es una CGI (es decir, una cinemática generada por ordenador) que muestra cómo se vería una explosión nuclear desde el espacio. Aunque parece real, la referencia tomada para esta recreación han sido las imágenes de la erupción del volcán submarino Tonga en 2022 (aquí tenéis las originales, por si tenéis curiosidad). Además el vídeo comete un error muy básico: tiene sonido. Si realmente estuviéramos en el espacio, no escucharíamos nada. Con todo, el resultado sería parecido y genera auténtico pavor:

El segundo es algo más precario a nivel visual, pero nos muestra cómo viviríamos una explosión nuclear a pie de calle. Es el vídeo que nos motiva al tema de hoy, pues se ha vuelto viral en redes sociales y acumula cerca de 100.000 “me gusta” y 1.000 respuestas en las que otros usuarios comparte otros vídeos sobre el tema.

No va a ganar un Oscar, pero oye, si Nolan tampoco ha sido nominado a mejores efectos visuales, ¿quiénes somos nosotros para juzgar el aspecto de esta segunda recreación?

Entre las respuestas más compartidas al vídeo sobre estas líneas se encuentra la siguiente, una prueba nuclear de verdad en la que se lanzó una bomba en el área de Bikini Atoll, parte de las Islas Marshall. En este país de Micronesia, los Estados Unidos detonaron 24 armas nucleares entre 1946 y 1958, es decir, tras la Segunda Guerra Mundial y como parte de la carrera armamentística de la Guerra Fría.

Aunque se garantizó a los nativos que podrían volver a sus respectivos hogares tras las detonaciones, Bikini Atoll acabó siendo declarado un lugar no apto para la vida humana, pues suelo y agua habían sido contaminados y la agricultura y pesca resultaban tóxicas y peligrosas. Estados Unidos tuvo que pagar 125 millones de dólares en compensación, aunque originalmente prometió darles más de 2.000 millones a sus habitantes.

Y cerramos nuestro hilo catastrofista del día con otras dos recreaciones, en este caso fallida por lo ambicioso de sus aseveraciones. La primera nos muestra cómo se verían las detonaciones nucleares desde un avión y la segunda va más allá y representa cómo evolucionaría la Tierra si se diera un ataque nuclear a escala mundial.

Calcula quién atacaría a quién, cuántos grados descendería la temperatura de nuestro planeta, la situación de la gente y qué porcentaje acabaría falleciendo por motivos como las hambrunas, etcétera. Un experimento arriesgado y de validez cuestionable que más digno de película de serie B, pero en cualquier caso, un contexto en el que esperemos no tener que vernos nunca

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