La Inteligencia del Reino Unido reveló que las bajas diarias rusas en Ucrania aumentaron un 300% en el último año

A este ritmo, estimó que el Kremlin tardará entre cinco y diez años en recuperar una fuerza con alta formación y experiencia en sus filas


“Este incremento refleja con casi total certeza la degradación de las fuerzas rusas y su transición hacia un ejército de masas de menor calidad desde la movilización parcial de reservistas de septiembre de 2022″, informó la agencia en referencia a la orden del Kremlin del 22 de aquel mes, en la que hizo un llamado masivo a civiles para que se unan a sus filas tras duros reveses en el campo de batalla.

La medida se lanzó con gran urgencia ya que los combatientes en suelo ucraniano no daban abasto a las ofensivas y el reclutamiento en las cárceles también resultaba insuficiente. En poco más de un mes, Moscú consiguió que 300.000 hombres con una edad media de 35 años, se sumaran a las tropas, aunque otro grupo grande de hombres desobedeció al oficialismo y se exilió del país por no estar de acuerdo con la llamada “operación especial”. No obstante, el gran problema de esta iniciativa fue la falta de experiencia de estos soldados, que fueron enviados al frente casi en calidad de carne de cañón.

La movilización rusa de septiembre de 2022 obligó a miles de hombres sin experiencia a luchar en el frente de batalla (REUTERS)
La movilización rusa de septiembre de 2022 obligó a miles de hombres sin experiencia a luchar en el frente de batalla (REUTERS)

Tal fue el grado de ineficiencia que, si se mantiene la tasa de este 2023, para el año entrante Rusia podría acumular más de medio millón de combatientes muertos o heridos en tres años de guerra, una cifra mucho mayor a las 70.000 bajas que se registraron durante los nueve años que duró la guerra de Afganistán.

Este escenario, sumó la Inteligencia británica, hará que Rusia necesite por lo menos entre cinco y diez años para recuperar una fuerza con alta formación y experiencia para sus unidades militares, lo que lo deja en un escenario completamente debilitado.

De todas formas, Moscú insiste con sus ofensivas sobre Ucrania y sigue presionando para tratar de expulsar a las tropas de Kiev, que luchan por recuperar el control de su territorio ocupado.

La víspera, Rusia lanzó más de 150 misiles y drones contra varias localidades ucranianas, dejando al menos 39 muertos y más de 160 heridos. Funcionarios locales denunciaron que se trató del mayor ataque desde el inicio de las hostilidades, en febrero de 2022, e incluyó todo tipo de armamento: Kinzhals, S-300, misiles de crucero y aviones no tripulados.

La víspera, Rusia lanzó una oleada de ataques en Ucrania con más de 150 misiles y drones (REUTERS)
La víspera, Rusia lanzó una oleada de ataques en Ucrania con más de 150 misiles y drones (REUTERS)

“No habíamos visto tanto rojo en nuestras pantallas desde hacía mucho tiempo”, lamentó el portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuri Ignat.

En respuesta, Kiev alcanzó durante la noche del viernes la ciudad fronteriza rusa de Belgorod, dejando a un hombre muerto y cuatro heridos en un edificio residencial.

También, el presidente Volodimir Zelensky visitó la víspera la ciudad de Avdiivka, uno de los puntos más calientes del frente oriental desde hace meses. Rusia lleva semanas intentando hacerse con el control de esta región industrial del Donbás aunque ha fallado en casi todos sus intentos y hasta se convirtió en uno de sus principales focos de bajas -se calculan entre 3.000 y 5.000 oficiales y 400 vehículos blindados desde el 10 de octubre-.

“Doy gracias a todos los que están en la primera línea por su servicio, por este año en el que todo el país sobrevivió gracias a estos soldados”, destacó Zelensky durante su visita días antes del fin de año y en medio de un duro invierno que dificultará las condiciones de combate de estas brigadas.

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