La perrita de una pareja divorciada fue reconocida legalmente como miembro de la familia
La decisión del Tribunal Superior de Bogotá reforzó la protección y bienestar animal al catalogarlos más allá de objetos
¿Qué podía hacer Castaño para ver a Simona más a menudo? Optó por llevar el asunto a los tribunales, donde los jueces dictaminaron en octubre que la perra debía ser considerada legalmente “su hija” y tratada como tal en el proceso de divorcio, la primera sentencia de este tipo en Colombia.
El año pasado, Castaño demandó a su ex pareja, exigiendo visitas programadas con la perra. Castaño alegó que Simona formaba parte del “núcleo familiar”, y que tanto él como la perra se habían visto perjudicados tras el divorcio porque Ochoa no le concedía visitas frecuentes, afirma la demanda.
Lo que empezó como una demanda exigiendo un horario regular de visitas con Simona se convirtió en una cuestión jurídica mayor para el tribunal colombiano: ¿Era la perra como cualquier otro miembro de una familia, como un niño pequeño, cuyos padres comparten la custodia tras separarse?
El Tribunal Superior de Bogotá dictaminó que la perra Simona había sido miembro oficial de la familia “multiespecie” antes de que el divorcio la separara. Eso significaba que Castaño tenía derecho a visitas programadas con la perra, un ser vivo con sentimientos que también sufrió después de que el matrimonio terminara, dictaminó el tribunal.
Antes de 2016, a ojos del tribunal, los animales se consideraban “cosas muebles”, un término jurídico que significa objetos que los humanos podían transportar donde quisieran. Pero una sentencia de ese año decidió que los animales no son objetos. Son seres vivos con sentimientos.
El tribunal también dictaminó en 2016 que los humanos deben proteger a los animales del dolor y ser responsables de su bienestar, tratándolos cuando están enfermos y evitando ponerlos en circunstancias que puedan causarles miedo o estrés. Esta última parte, dijeron los jueces que evalúan la demanda de Castaño, fue un factor para considerar cómo la separación del hombre de Simona impactó en el bienestar del animal.
Es la primera vez que un tribunal colombiano dictamina que un animal puede considerarse miembro de la familia si es tratado como tal por sus dueños. Pero Colombia no es el único país a la vanguardia en esta materia jurídica, según la revista Harvard Review of Latin America.
“Los sistemas jurídicos latinoamericanos están a la vanguardia en la consideración de los animales como miembros de la familia”, se indicó en la revista digital. “En un cambio de actitud global reciente hacia los animales en las sociedades occidentales, hoy en día, muchas personas se reconocen como parte de una familia multiespecie”, agregaron.
En 2018, por ejemplo, un tribunal peruano dictaminó que Petunia, una cerda de 3 años, era miembro de una familia en la región de Junín, en la sierra central del país, después de que el gobierno municipal dijera que la cerda era un riesgo para la salud pública y ordenara a su familia que la trasladara a una granja, según la mencionada revista.
En cuanto a Simona, un juez de familia debe decidir ahora el régimen exacto de visitas de Castaño y la cachorra, “su hija”, según la demanda.
(*) The Washington Post
(*) Andrea Salcedo es reportera de información general para The Washington Post. Se incorporó al Post en 2020 como reportera nocturna en el equipo Morning Mix. Anteriormente, cubrió noticias de última hora y reportajes para la sección metropolitana del New York Times.