El desalojo del jueves en Las Vegas puede salirle caro a la F1

Un grupo de los aficionados expulsados del circuito antes de los Libres 2 demanda a Liberty y al gran premio. Piden 30.000 dólares por daños y perjuicios.

Víctor Serrano
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Además de la mala imagen que causó como comienzo del GP de Las Vegas, y de arruinar las opciones de podio de Sainz en carrera, la alcantarilla que se levantó durante los Libres 1 y que destrozó la parte inferior del Ferrari del español puede acarrear importantes consecuencias económicas para la Fórmula 1. Porque un grupo de los aficionados que fueron desalojados del circuito antes del inicio de la segunda sesión de entrenamientos han puesto una demanda en común contra Liberty Media, promotor de la cita, exigiendo una compensación por ello.

El incidente detuvo los primeros libres cuando apenas se habían disputado diez minutos y los trabajos se alargaron tanto que los segundos empezaron a las 2:30 de la madrugada. Después de esperar unas cuantas horas para poder ver algo de acción, unos 35.000 espectadores fueron desalojados poco antes de que el semáforo se pusiera en verde por motivos de seguridad, según alegó la organización. Los que tuvieran una entrada solo para el jueves recibieron un vale de 200 dólares para la tienda del circuito, a todas luces insuficientes para los perjudicados.

Así, a través de un bufete de abogados de Las Vegas, reclaman 30.000 dólares por persona por daños y perjuicios en una demanda que ya han presentado tanto al GP de Las Vegas como a Liberty, según informan medios americanos. “Reivindicaremos los derechos de los aficionados que viajaron grandes distancias y pagaron pequeñas fortunas para asistir, pero fueron privados de la experiencia”, asegura Steve Dimopoulos, propietario del bufete encargado de presentar la demanda en el tribunal estatal de Nevada.

La F1 se justifica

“No podemos comentar nada sobre el litigio. Nuestro enfoque es garantizar que nuestros aficionados tengan una experiencia entretenida en un ambiente seguro, lo cual es siempre nuestra principal prioridad”, se defendía el gran premio con un comunicado. En otro, firmado por Stefano Domenicali, presidente de la F1, y Renee Wilm, CEO del gran premio, justificaban la decisión de desalojar las gradas: “Todos hemos asistido a eventos que han sido cancelados por factores como el clima o problemas técnicos. Pasa y esperamos que la gente lo entienda”. Por ahora, está lejos de ser así.


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