China y la guerra en Ucrania, ¿mediador confiable o un actor interesado en sacar ventaja del conflicto?
La prolongación de las hostilidades en Ucrania tensa las relaciones entre Rusia, EE. UU. y las principales potencias occidentales. Mientras tanto, la sólida alianza entre Pekín y Moscú pone en dudas las verdaderas intenciones del gigante asiático en un mundo cada vez más inestable
Rusia y China: una “amistad sin límites”
En febrero de 2022, pocos días antes del lanzamiento de la operación militar contra Ucrania, el presidente de Rusia visitó a su par chino en Pekín. En un documento histórico, Vladimir Putin y Xi Jinping sellaron una alianza estratégica y definieron establecer una “amistad sin límites” entre los dos países.
Aunque los mandatarios aclararon que no buscaban confrontar con terceros actores, apuntaron entre líneas contra un enemigo común: EE. UU. En sintonía con el Kremlin, con la vista puesta en el continente europeo, China ha criticado la ampliación de la OTAN. Además, Pekín ha cuestionado los presuntos intentos de la Alianza Atlántica de hacer pie en la región de Asia y el Pacífico, su “patio trasero”.
Con una tormentosa historia de amores y odios, las relaciones entre China y Rusia han sufrido una evolución muy favorable en los últimos años. En el plano comercial, el intercambio bilateral alcanzó el récord de 190.000 millones de dólares en 2022. La energía es un capítulo central: hoy Rusia es el principal proveedor de petróleo de China y, ante la pérdida del mercado europeo, las ventas de gas ruso a China se duplicaron el año pasado. El gasoducto “La Fuerza de Siberia”, que comenzó a operar en 2019, y el nuevo ducto “La Fuerza de Siberia 2″ (en construcción) permitirá incrementar las exportaciones de gas rumbo al gigante asiático.
En el plano de la seguridad regional, Moscú y Pekín son socios fundadores de la Organización de Cooperación de Shanghái, una asociación multilateral integrada por un grupo de antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central, junto a India, Pakistán y, más recientemente, Irán. La gran pregunta es si China estaría dispuesta a cruzar una línea roja trazada por EE. UU. y suministrar armamento a Rusia en sus acciones bélicas contra Ucrania. Por el momento, Pekín no ha suministrado abiertamente armas a Moscú. Sin embargo, algunos expertos especulan que es posible que le esté vendiendo en secreto productos de alta tecnología que podrían usarse con fines militares.
China: ¿un mediado creíble?
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China emitió en febrero pasado, a un año del conflicto, una declaración de doce puntos en la que dejó sentada su posición sobre la solución política de lo que denominó la “crisis de Ucrania”. Pekín pide el respeto de la soberanía, la independencia y la integridad territorial de los países. Y, en concreto, llama a Rusia y Ucrania a reanudar el diálogo, desescalar la situación y alcanzar un alto el fuego integral. Por otra parte, el gigante asiático también ha manifestado su oposición al uso o la amenaza de utilización de armas nucleares.
En un guiño hacia Moscú, China pide el fin de las sanciones unilaterales contra la Federación Rusa. Y critica lo que define como el uso de la economía mundial como “herramienta o arma para fines políticos”. En medio del aislamiento internacional de Rusia, Xi Jinping fue uno de los pocos líderes mundiales que viajó a Moscú a encontrarse con Putin. En marzo de este año, el mandatario ruso destacó que los dos países juegan un “importante papel estabilizador en el desafiante entorno internacional actual” y promueven “una mayor democracia en el sistema de relaciones internacionales para hacerlo más equitativo e inclusivo”.
La ampliación del Grupo BRICS, que integran China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica, también es un paso hacia ese nuevo orden multipolar que promueven Pekín y Moscú. Esa voz, de todos modos, no parece ser unánime y, salvo algún tímido intento de Lula por ofrecer la mediación de Brasil, los BRICS no se han expresado con una sola voz sobre la guerra en Ucrania.
A río revuelto, ganancia de Pekín
Por el momento, ni Rusia ni Ucrania parecen dispuestos a volver a la mesa de negociaciones. Kiev se encuentra en plena contraofensiva por recuperar las zonas ocupadas por el país invasor. Mientras tanto, Putin no muestra ninguna voluntad de retirarse de los territorios ucranianos que fueron incorporados “de facto” a la Federación Rusa.
La guerra sigue prolongándose y Occidente no ha mostrado fisuras en su respaldo al gobierno de Kiev. En el aire, flota una pregunta que se hacen analistas internacionales, que siguen con inquietud la evolución del conflicto. En caso de que Rusia no consiga sus objetivos, ¿será China la gran “ganadora” de la guerra en Ucrania?
Con una Rusia debilitada por las sanciones de Occidente, Pekín podría sacar ventajas e imponerse como el único gran aliado que le quede al líder ruso Vladimir Putin, cada vez más aislado en el escenario internacional.