La ciencia desmiente al Arca de Noé y a ‘Waterworld’
Ni el diluvio universal ni el derretimiento de los polos puede llegar a cubrir toda la Tierra de agua, según ha demostrado la ciencia.
En el filme de Kevin Reynolds, protagonizado por Kevin Bacon y ambientado en el año 2.500 (del que por cierto, hay videojuego), los casquetes polares se han derretido y el nivel del mar ha subido más de 7.600 metros, lo que ha provocado el hundimiento de los continentes. Por tanto, los supervivientes viven en lugares flotantes, aunque no han perdido la esperanza de encontrar tierra firme.
La búsqueda infructuosa del Arca de Noé y lo que dice la ciencia
Según la novela sagrada de los cristianos, el diluvio universal fue tal que acabó con todos los seres vivos. Cubrió la tierra de agua, el nivel del mar se elevó hasta engullir las montañas más altas y la salinidad de los océanos se redujo, lo que provocó la muerte de los peces. Teniendo en cuenta que los fósiles desmienten la erradicación de estos animales, parte de la historia se resquebraja, aunque la cosa va más allá.
En el libro ‘Curiosidades del planeta Tierra’, el matemático y periodista científico Leonardo Moledo recuerda que en 1997 Ian Plimer, jefe del Departamento de Ciencias de la Universidad de Melbourne, denunció al supuesto doctor Allen Roberts por haber solicitado fondos para buscar el Arca de Noé en la cumbre del monte Ararat de Turquía. Lo acusó de defraudación pública y de engañar a los ingenuos, puesto que la ciencia ha demostrado que es imposible que el agua cubriera la montañas.
“Pero no tiene el menor asidero meteorológico: en realidad, toda el agua existente en el planeta sería insuficiente para cubrir no ya los más altos picos, sino montes más modestos como el Ararat. Lo curioso es que este sencillo cálculo se realizó ya en el siglo XVI, y estuvo a cargo del reverendo Thomas Burnett (1635-1715), un prominente clérigo anglicano, que más tarde llegaría a ser capellán privado del rey Guillermo[…]”.
La explicación científica es la siguiente: el planeta Tierra tiene unos 432 millones de kilómetros cuadrados. En caso de que lloviera todo el agua de la atmósfera (cifrada en aproximadamente “un millón trescientos mil millones de litros”, es decir, 13.000 kilómetros cúbicos), “la Tierra quedaría cubierta con una capa de menos de tres centímetros de espesor, que no sólo no taparía los altos montes, ni siquiera ocultaría los bajos pastos de este mundo. No sé si esto es exactamente metafísica, pero es el resultado que dan las cuentas”.
La búsqueda del Arca de Noé ha sido incesante, pero por supuesto nunca se han encontrado evidencias científicas de su existencia. Jodi Magnes, arqueóloga de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y exploradora de National Geographic, sigue la corriente más extendida entre los académicos, la de desdeñar este tipo de trabajo: “Ningún arqueólogo legítimo hace eso”.
¿Significa todo ello que no se produjera un diluvio? No, pudo haber ocurrido, solo que no de manera universal. “Parece que hay pruebas geológicas de que hubo una gran inundación en la región del Mar Negro hace unos 7500 años”, explica el arqueólogo Eric Cline (Universidad George Washington). No hay acuerdo entre los científicos sobre el alcance del mismo, pero lo más probable es que las inundaciones tuvieran lugar en diferentes localizaciones y momentos. Luego, a través del boca a boca y de la escritura, es posible que se unificara como un gran acontecimiento.
¿Qué pasaría si se derritieran los Polos?
A medida que la temperatura aumenta, el hielo de los polos se va derritiendo, algo que ya está provocando la subida del nivel del mar. Más del 97% del continente antártico está cubierto de hielo (el 70% de todo el agua fresca de la Tierra), según señala Yale Climate Connections . Si se derritiera, el nivel del mar podría llegar a subir hasta los 61 metros, suficiente para inundar ciudades como Nueva York o Tokio. Cuánto se incremente la temperatura es uno de los factores principales que determinarán el grado de deshielo, aunque parece improbable llegar a un escenario tan catastrófico en la Antártida de manera brusca, ya que la temperatura tendría que subir muchos grados.
En el Polo Norte el hielo no es tan espeso y una buena parte flota en el mar, mientras que Groenlandia sí está más expuesta a un posible deshielo. En caso de que se derritiera, el nivel del mar subiría unos 7 metros.