El infierno de Sharon Stone: “Soy una discapacitada, y por eso no me contratan”

La actriz ha confesado, 22 años después del accidente, todas las consecuencias que sufrió: “Perdí mi carrera”.

Adrián Córdoba
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Hablar de Sharon Stone es hablar de un mito sexual de la década de los 90, una de las actrices más célebres de la época, sobre todo por actuaciones como las que brindó en ‘Desafío Total’ e ‘Instinto básico’. Dos cintas que no son las únicas destacables en una filmografía repleta de éxitos, y a las que hay que añadir su aparición en la portada de la revista Playboy.

Un sinfín de proyectos que le llevaron a estar en lo más alto de Hollywood, llegando incluso a ganar un Globo de Oro y a estar nominada a los Oscar por ‘Casino’. Una nube de la que no se bajó hasta su fatal accidente cinco años más tarde de aquello.

Stone sufrió en 2001 la rotura de una arteria vertebral que le desangró el cerebro en un total de nueve días, y con ello los médicos pronosticaron que tenía un 1% de posibilidades de sobrevivir. Y lo hizo. Eso sí, su situación cambió drásticamente, bajándole de los cielos hasta los infiernos.

De los cielos a los infiernos tras el accidente

Lo perdí todo. Perdí todo mi dinero. Perdí la custodia de mi hijo. Perdí mi carrera”, cuenta ella misma ahora, 22 años más tarde, a través de una entrevista concedida a la revista ‘People’. Un tiempo en el que ha tenido tiempo para pensar, y sobre todo para procesar el poder hablar de ello, admitiendo que ahora está “más cómoda explicando públicamente lo que realmente me ha pasado”.

Sharon Stone admite que ha tenido momentos en los que ha querido “fingir que estaba bien”, a pesar de que empezó a recuperarse con problemas en la vista, tartamudeos y amnesia. Pero, lo peor no fue eso, pues todo en su vida parecía ir derrumbándose justo en ese mismo instante, desde su matrimonio con el editor de prensa Phil Bronstein, hasta la custodia de su hijo, y su carrera en el cine: “Perdí todas esas cosas que sientes que son tu verdadera identidad y tu vida”.

Ahora, 22 años después, aun tiene que hacer frente a los problemas que llegaron con el accidente: “Necesito ocho horas de sueño ininterrumpido para que mi medicación funcione y no tener convulsiones, soy una discapacitada, y por eso no me contratan mucho. Esto es con lo que he estado lidiando durante los últimos 22 años, y ahora por fin puedo ser abierta al respecto”.

Una mujer que, pese a todo, sigue siendo considerada “una inspiración”, tal y como señala el neurocirujano Michael Lawton, quien apoya a la Fundación Neurológica Barrow en la que Stone forma parte de su junta.


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