Jovic, Serbia y la sombra de Lillard
Es la nueva sensación joven del baloncesto serbio. Brilla al lado de Bogdanovic y Milutinov y puede acabar en el traspaso por Damian Lillard.
Pero las cosas no tenían buena pinta a las puertas de este Mundial 2023. Jokic (agotado física y mentalmente tras llevar a Denver Nuggets al primer anillo de su historia) y Micic (problemas de hombro y gestión de su salto tardío a la NBA) se quedaron fuera de una lista en la que tampoco estuvieron (entre lesiones y descansos) Lucic, Kalinic, Mitrovic, Pokusevski… Todavía con el ilustre (y muy idiosincrático) Svetislav Pesic al frente, Serbia volvió a no poder contar con el big three que la convertiría en uno de los mejores equipos de cualquier torneo: Bogdan Bogdanovic (está en el Mundial pero faltó en el Eurobasket)-Micic-Jokic.
Serbia ha pasado como un torbellino (104,7 puntos de media, tres victorias en tres partidos por un promedio de más de 30 puntos) por un grupo B nada exigente: China, Sudán del Sur, Puerto Rico. Ahora buscará los cuartos desde el grupo I con Puerto Rico y sus dos rivales de la segunda fase, Italia y República Dominicana. Una muy buena opción de estar en los cruces para un equipo que está deslumbrando (veremos hasta qué punto por el escaso nivel de los rivales) con un juego de ataque liderado por el excepcional Bogdanovic, un Nikola Milutinov reintegrado en el nivel élite y Jovic (no Jokic), uno de los mejores jugadores jóvenes de la primera fase del campeonato.
Bogdanovic promedia 18 puntos, 5,7 asistencias y 19,7 de valoración sin llegar a 28 minutos en pista. Milutinov está en 13,3 puntos y 10,3 rebotes (24,3 de valoración) y Jovic en 17 puntos, 3 asistencias y unos números fabulosos en el tiro: 75% en total, 83,3 de dos y 66,7 de tres. El forward (más cuatro que tres) de 20 años (cumplidos en junio, además) fulminó a Sudán del Sur en el tercer partido con un 9/9 en lanzamientos (5/5 en triples) para 25 puntos. Después del partido, Milutinov celebró el salto delante de su compañero, líder de la Serbia joven, dadas las ausencias de algunas vacas sagradas: “Está jugando a un nivel increíble, es una parte fundamental del futuro de nuestra selección”.
Jovic es una de las grandes promesas europeas de su generación. Ya en la NBA, fue seleccionado por Miami Heat con el número 27 del draft de 2022 (primera ronda) y se ha pasado su primera temporada aprendiendo en una de las culturas más celebradas de la mejor Liga del mundo. Ha jugado poco con los de Erik Spoelstra (que llegaron a las Finales, precisamente contra Jokic) y ha trabajado mucho con el equipo asociado de la G League, Sioux Falls Skyforce. Ahora, en el Mundial juega como cuatro y enseña cosas que pueden ser muy útiles para su crecimiento en la NBA: movimiento sin balón, continuación de jugadas, un tiro cada vez más fiable, detalles en defensa, toma rápida de decisiones… En Miami tienen mucha fe en él y saltan a la vista, por sus facultades, las razones.
El problema para Jokic es que quizá su siguiente paso no llegue en Florida. Los Heat siguen buscando formas de armar una oferta que convenza a los Blazers para llevarse a Damian Lillard. La operación no ha estado hasta ahora cerca de realizarse pero lo lógico sería que se concretara antes del inicio de la temporada o durante el primer tramo de curso. El base ya ha dejado claro que quiere cambiar de aires, que solo piensa en jugar con los Heat; y los Blazers han entrado en una reconstrucción cuyo epicentro será el número 2 del último draft, el también base Scoot Henderson.
Así que Jovic tiene papeletas de acabar formando parte de la operación Lillard. Y más si sigue con su gran nivel en el Mundial: eso puede convencer a los Blazers de que es un valor joven que sumar a su nuevo proyecto. Los Heat tendrán que dar tres o seguramente cuatro primeras rondas, algunos intercambios de primeras más, también segundas y como mínimo un jugador joven de mucha proyección. Y ahí aparecen Jovic y el novato, recién llegado, Jaime Jaquez Jr. Uno (¿o los dos?) acabará en Oregón si se concreta el traspaso por Lillard y si se tiene en cuenta que los Blazers no quieren saber nada de Tyler Herro, que tiene 23 años pero un contrato ya de 130 millones de dólares. Jovic, antes del Mundial, se lo tomaba con filosofía: “Esto es baloncesto, ya veremos. Me encantaría seguir en Miami, pero pasará lo que tenga que pasar”. Por ahora, su objetivo es buscar medalla y plaza olímpica con una Serbia que ha llegado al Mundial haciendo menos ruido que otras veces pero que está cumpliendo, por ahora, con nota muy alta.