La OTAN advirtió que las actividades “coercitivas” de China desafían la seguridad y los valores de la Alianza
Los líderes de la organización transatlántica indicaron que siguen haciendo frente a diferentes amenazas del gigante asiático
“China no es nuestro adversario y debemos continuar comprometiéndonos”, dijo el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa al término de la primera jornada de la cumbre.
El miércoles tendrá lugar una sesión dedicada a los líderes de Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur y a la Unión Europea.
Al mismo tiempo, el político noruego enfatizó que “la creciente asertividad de Beijing afecta nuestra seguridad” y desafía el orden internacional basado en reglas.
En la declaración que aprobaron los mandatarios destacan que “las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de China desafían nuestros intereses, nuestra seguridad y nuestros valores”.
“Seguimos abiertos a un compromiso constructivo con China, que incluya la construcción de una transparencia recíproca, con vistas a salvaguardar los intereses de seguridad de la Alianza”, subrayaron.
En la cumbre del año pasado en Madrid, los líderes aliados ya mencionaron los retos que supone el comportamiento de China.
“Seguimos enfrentándonos a amenazas cibernéticas, espaciales, híbridas y otras amenazas asimétricas, así como al uso malintencionado de tecnologías emergentes y perturbadoras”, agregaron en el mismo párrafo de la declaración.
Según dijeron, China emplea “una amplia gama de herramientas políticas, económicas y militares para aumentar su presencia global y proyectar poder”, al tiempo que “mantiene la opacidad sobre su estrategia, intenciones y refuerzo militar”.
“Las operaciones híbridas y cibernéticas maliciosas de China y su retórica de confrontación y desinformación tienen como objetivo a los aliados y dañan la seguridad de la Alianza”, enfatizaron, y agregaron además que Beijing trata de controlar sectores tecnológicos e industriales clave, infraestructuras críticas, materiales estratégicos y cadenas de suministro.
Agregaron que utiliza su “influencia económica” para “crear dependencias estratégicas y aumentar su influencia” y que “se esfuerza por subvertir el orden internacional basado en normas, incluso en los ámbitos espacial, cibernético y marítimo”.
En cualquier caso, los 31 aliados se manifestaron “abiertos a un compromiso constructivo” con China, que incluya “transparencia recíproca” con vistas a salvaguardar los intereses de seguridad de la alianza.
“Defenderemos nuestros valores compartidos y el orden internacional basado en normas, incluida la libertad de navegación”, recalcaron.
Al mismo tiempo, declararon que la profundización de la asociación estratégica entre China y Rusia y “sus intentos, que se refuerzan mutuamente, de socavar el orden internacional basado en normas”, son “contrarios a nuestros valores e intereses”.
En ese contexto, instaron a Beijing a desempeñar un “papel constructivo” como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, a condenar la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania o a abstenerse de apoyar de cualquier modo el esfuerzo bélico ruso.
“Hacemos un llamamiento especial a China para que actúe con responsabilidad y se abstenga de proporcionar cualquier tipo de ayuda letal a Rusia”, indicaron los líderes aliados.
También pusieron de relieve que China está “ampliando y diversificando rápidamente su arsenal nuclear”, con más cabezas nucleares y un mayor número de sofisticados sistemas vectores para establecer una tríada nuclear, al tiempo que “no se compromete” con la transparencia ni el control de ese tipo de armamento.
“El Indo-Pacífico es importante para la OTAN, dado que los acontecimientos en esa región pueden afectar directamente a la seguridad euroatlántica”, declararon.
Advirtieron, por último, que cualquier ataque “deliberado” contra las infraestructuras críticas de los aliados, incluidas las submarinas, recibirá “una respuesta unida y decidida”.