Sorpresa en un allanamiento tras el Superclásico: las pruebas que pueden desbaratar una organización delictiva

Un barra de San Telmo fue detenido en la previa al encuentro en el Monumental con entradas falsas y en su casa se hallaron elementos que invitan a pensar que forma parte de una organización que lucra con los negocios ilícitos del fútbol.

Gustavo Grabia

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El Superclásico en el que River le ganó a Boca generó muchas repercusiones hasta hoy, pero no solo por las polémicas que hubo dentro del campo de juego. Sino que lo ocurrido fuera de allí también sigue haciendo ruido. Es que la Justicia cree estar ante la punta de un iceberg gigantesco de venta de entradas falsificadas a partir de la detención de un barra de San Telmo y el allanamiento posterior a su casa. Todo comenzó cuando en la previa al partido fue detenido en los alrededores del Monumental Ramón V., quien tenía un pilón importante de tickets truchos. Inmediatamente se le abrió una causa judicial que recayó en la fiscal de eventos masivos de la Ciudad, Celsa Ramírez. Ayer por la tarde la representante del Ministerio Público Fiscal ordenó allanar la casa de esta persona en la Isla Maciel, a tan solo cinco cuadras de la cancha del Candombero, y lo que se encontró lleva a pensar en una estructura bastante más grande que un lobo solitario haciendo negocios en el fútbol: había prendas de la barra brava de San Telmo, banderas de Boca y también elementos vinculados a River. Pero lo más llamativo era la cantidad de dispositivos electrónicos: siete discos rígidos, siete celulares, cinco computadoras entre tablets, notebooks, CPU y chips de memoria, todos separados con etiquetas que presumiblemente tienen información sobre la actividad delictiva desarrollada.

En la Fiscalía están a la espera de abrir todos esos objetos porque suponen que de la información que surja de allí van a sacar un montón de datos y puede ser el inicio de una causa que vaya detrás de una organización criminal que vive de los negocios ilícitos del fútbol. Habrá que ver qué aporta Ramón V. en su indagatoria o si se niega a declarar. En principio, tras pasar 48 horas preso fue liberado ya que la pena por el delito que se le imputa es excarcelable.

De todos modos, esta no es la única causa judicial que se abrió luego del Superclásico, aunque sí la única que presentó avances hasta ahora. Para la Justicia era clave poner la mira en el allanamiento y sus consecuencias, por lo que recién desde mañana comenzarán a investigar los otros procesos que involucran a policías, dirigentes y sobre todo, futbolistas.

En cuanto a esto último, ya se enviaron oficios a las empresas de televisión y al sistema de audio y video propio del estadio Monumental para que entreguen el crudo de todas las imágenes captadas, porque en la fiscalía creen que no sólo Agustín Palavecino y Luis Vázquez son los que incitaron a la violencia que derivó en la escandalosa escena del final. Incluso suponen que habría varios más que hicieron gestos descomedidos o tiraron golpes y de lo que vean allí saldrán más nombres. Se estima que los jugadores serán llamados a indagatoria en los próximos días para defenderse del delito contravencional que se les achaca, que tiene multa de 100.000 pesos o arresto de 60 días aunque también es pasible de ser cambiado por una probation.

También Marcos Rojo quedó en la mira por ingresar a un lugar vedado, el campo de juego, ya que él no estaba dentro del plantel que enfrentó a River. Pero para los investigadores esto podría ampliarse a los futbolistas millonarios que festejaron trepándose al alambrado. Suena raro pero interpretan que también violaron el artículo de ingresar a lugares vedados por subirse a esa baranda y esa lista la encabeza Enzo Pérez. Sería una sanción inédita y súper polémica, ya que es un ritual habitual que los futbolistas festejen con su parcialidad en ese sector.

A su vez, hay otras dos causas que se están moviendo. Una es contra algunos efectivos policiales que están en la mira por haber dejado pasar a personas sin entradas estimándose que les cobraban un dinero para liberarles la zona y molinetes, y la otra es contra la Comisión Directiva de River por presunto exceso de aforo. El club ya había recibido un proceso similar en el partido contra Independiente pero no prosperó: la institución mostró que por molinete habían ingresado 1000 personas menos que la capacidad del estadio y el organismo de control del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le dio la razón, aún cuando la fiscalía tenía videos en los que presuntamente se advertían aglomeraciones importantes. River volvió a informar que no se traspasó el aforo y se volvieron a pedir informes a los organismos encargados de control y seguridad porque a simple vista la cancha estaba a full y afuera muchos hinchas que tenían su respectivo ticket se quedaron sin poder ingresar ya que las puertas se cerraron 20 minutos antes del comienzo del partido. Y esto también hizo que se abriera otra causa en pleno trámite por omisión de recaudos de seguridad.