Legisladores en Connecticut exoneraron a 12 mujeres acusadas de ser brujas en el siglo 17
Once de las doce víctimas fueron ejecutadas. Descendientes celebraron la medida y pidieron que se construya un monumento para honrar la memoria de las personas injustamente condenadas
El hecho ocurre en un contexto en el que descendientes de las víctimas buscan limpiar los nombres de sus familiares acusadas. De las 12 mujeres, 11 murieron en la horca. Muchas de las personas ejecutadas eran madres solteras pobres.
El legislador Saud Anwar, uno de los promotores de la iniciativa, dijo que con la medida buscan “corregir un error que ha permanecido en la historia de Connecticut durante siglos”.
“No podemos retroceder en el tiempo y evitar el destierro, el empañamiento o la ejecución de las mujeres y los hombres inocentes que fueron acusados de brujería, pero podemos reconocer las injusticias que enfrentaron y el dolor que sintieron, dolor que sus sobrevivientes aún reconocen hoy”, dijo Anwar.
Entre las condenadas está Alice “Alse” Young, una joven que se dedicaba a la botánica y que fue acusada de querer esparcir enfermedades entre los niños usando brujería. La mujer, que tenía unos 32 años, murió en la horca el 26 de mayo de 1647.
Susan Bailey, una de las descendientes de Young, recibió disculpas por parte de los legisladores de Connecticut.
“No importa el tiempo que pasó; fue la vida de alguien la que fue arrebatada injustamente”, dijo Bailey a The Washington Post.
“Puede que esto no le ayude en el más allá, tal vez lo haga. Pero espero que los familiares suyos que conocen su terrible muerte tengan un poco de paz. Esto ayudará al proceso de sanación”, agregó la mujer de 67 años.
El pasado jueves, solamente un legislador en el Senado de Connecticut votó en contra de la medida. Rob Sampson justificó su decisión y dijo que no cree correcto “dictar lo que estaba bien o mal sobre períodos del pasado de los que no tenemos conocimiento”.
“No quiero ver proyectos de ley que, con razón o sin ella, intenten poner a Estados Unidos como un lugar malo y con una historia mala”, dijo Sampson .
Durante siglos, ya sea en América Latina y Europa con la Santa Inquisición de la Iglesia Católica o en Estados Unidos con el protestantismo, se acusaba a la brujería de ser la causa de enfermedades, muertes e incluso catástrofes. También se perseguía a quienes ponían en cuestión los dogmas religiosos, como a los científicos. En muchos casos a las personas señaladas de supuestamente practicar la brujería se las torturaba o condenada a muerte. Se calcula que unas 50,000 personas fueron asesinadas en todo el mundo luego de ser condenadas en juicios.
La exoneración de las 12 mujeres en EEUU se logró en parte gracias a las labores de organizaciones como Connecticut Witch Trial Exoneration Project, creada en 2005 por descendientes de mujeres que fueron acusadas de ser brujas.
Tras la decisión, la organización celebró la medida y dijo que estaba agradecida por la votación favorable realizada en el senado estatal de Connecticut.
“Agradecemos a los descendientes, defensores, historiadores, legisladores de ambos partidos y muchos otros que hicieron posible esta resolución oficial”, dijo la organización y agregó que “seguirán abogando por la educación histórica y la conmemoración de las víctimas de los juicios por brujería”.
Además, algunos de los descendientes quieren que se construya un monumento en honor a las mujeres que fueron acusadas de ser brujas, y que sus historias sean contadas en museos.
Casos como el de Mary Johnson, una sirviente en Wethersfield, Connecticut, son ejemplo de los sufrimientos que padecieron cientos de mujeres. A Johnson se la señaló de tener “familiaridad con el diablo”. Durante años fue violentada por un ministro local, que le daba a latigazos para que confesara que era bruja. Un día la mujer, harta de los golpes y torturas, dijo que era una bruja y reconoció haber tenido “impurezas con hombres”.
“Nunca es demasiado tarde para hacer lo correcto, y es muy preocupante que hace más de 370 años personas en nuestro estado fueran asesinadas por una razón que no tiene valor moral”, dijo el legislador Anwar.
“Esas condenas no tuvieron ningún sentido legal. Y todo esto me entristece porque realmente ha sido una mancha en nuestra historia”, agregó el legislador.