La Unión Europea condenó la ejecución del disidente sueco-iraní Habib Chaab
“La pena de muerte viola el derecho inalienable a la vida, consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos”, denunció el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell
“La pena de muerte viola el derecho inalienable a la vida, consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, y es el máximo castigo cruel, inhumano y degradante”, se lee en una declaración emitida en nombre de los Veintisiete y firmada por el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
En la nota, además de recordar su firme oposición a la aplicación de la pena capital “en cualquier circunstancia”, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores ofreció sus condolencias a la familia de Chaan y expresó su solidaridad con Suecia.
El sueco-iraní -detenido desde octubre de 2020, tras desaparecer durante un viaje a Turquía- había sido condenado a muerte en diciembre por “corrupción en la Tierra, gestión y dirección de un grupo rebelde, y concepción y ejecución de numerosas operaciones terroristas”, según las autoridades de Teherán. A ello se suman las acusaciones por haber trabajado para servicios de espionaje como la CIA -a cargo de Estados Unidos-, el Mossad -de Israel- y Sapo -de Suecia-, entre otros.
Chaab, también conocido como Habib Asyub, era considerado el jefe del grupo Harakat al Nidal o ASMLA (Movimiento Árabe de Lucha para la Liberación de Ahvaz), el cual el régimen tilda de movimiento terrorista, y hasta de haber participado del atentado mortífero de septiembre de 2018 en aquella ciudad, que acabó con 25 muertos y 60 heridos.
Según la Fiscalía iraní, durante el juicio, el disidente admitió haber trabajado con el ente de Inteligencia saudí para llevar a cabo el ataque, aunque esto sembró gran desconfianza en la comunidad internacional ya que considera estas confesiones “forzadas” y, a menudo, emitidas bajo coacción.
En la declaración, Borrell hizo alusión, por otro lado, al creciente número de ciudadanos que son detenidos “arbitrariamente” y a las restricciones que enfrentan los ciudadanos de la UE cuando desean acceder a protección consular o, incluso, a un juicio justo. Todo ello, remarcó, consittuye una violación directa del derecho internacional.
Por su parte, la ONG Iran Human Rights se refirió a las malas condiciones en las que son retenidos estos presos que, a menudo, son “sometidos a torturas tras su secuestro”.
Chaab es la segunda persona con doble nacionalidad ejecutada por el régimen persa en lo que va del año. El primero había sido el británico iraní y ex viceministro de Defensa, Alireza Akbari, quien estaba acusado de espiar para la agencia de Inteligencia Británica a cambio de dinero.
Suecia convocó al embajador de Irán
Tras conocerse la ejecución, el Gobierno de Suecia convocó al embajador de Irán en el país en señal de protestas.
“El Ministerio de Asuntos Exteriores ha emitido una enérgica condena a la ejecución de la pena de muerte. La pena de muerte es un castigo inhumano e irreversible y Suecia, junto con el resto de la UE, condena su aplicación en todas circunstancias”, escribieron desde la cartera en el documento enviado al funcionario.
El ministro de Exteriores del país, Tobias Billstrom, aseguró que Estocolmo se había puesto en contacto con Teherán para “exigir que no se ejecute la sentencia”, algo que el régimen desestimó desde un primer momento.