Golpe de Georgia a Rusia
Tbilisi expulsa del país a familiares del ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, que planeaban una boda y un banquete en suelo georgiano.
En concreto, el viernes había llegado a Georgia el yerno de Lavrov, Mika Vinokurov, con la intención de casarse y hacer el banquete en el Hotel Lago Kvareli de la región de Kajeti, de acuerdo con el portal de noticias Civil.ge. La hija de Lavrov, Ekaterina Lavrova, también se encontraba en Georgia, aunque el hotel mencionado ha desmentido esa informacióon al asegurar que “la visita de la hija de Lavrov a Kvareli no es cierta”.
Tras las informaciones, Georgia expulsó del país a los familiares de Lavrov y consiguió cancelar la boda planeada. “El Ministro del Interior me informó que esta familia y las personas que planearon un evento de boda hoy se han ido y la boda no se llevará a cabo hoy”, señaló Zurabishvili, que añadió que el suceso “es una especie de victoria para la sociedad”. A continuación, la presidenta pidió a las autoridades que utilizasen las listas de personas sancionadas para proteger la frontera de Georgia.
Parte del país se opone a los vuelos directos entre Rusia y Tbilisi. El mismo viernes, cuando aterrizó el primer avión en Georgia, un grupo de manifestantes se congregó en el aeropuerto de la capital, donde desplegaron pancartas. La propia presidenta escribió un tuit en el que declaró que “a pesar de la oposición del pueblo georgiano, Rusia ha aterrizado su vuelo no deseado en Tbilisi”.
La decisión de Airzena, en contra del deseo de Georgia de formar parte de la UE
Según el medio citado, en el vuelo había políticos y periodistas georgianos prorrusos. La presidenta anunció que no utilizará la aerolínea de bandera georgiana, Airzena, responsable del restablecimiento de los vuelos con Moscú, y aseguró que esta “se aprovecha (...) y beneficia de esta situación”. “Harían cualquier cosa por dinero”, remató. El vuelo fue el primer trayecto completo entre Rusia y Georgia desde junio de 2019, cuando el Kremlin ordenó cerrar el espacio aéreo a todos los vuelos procedentes de su país vecino.
Putin ordenó a mediados de mayo la reapertura del espacio aéreo a todos los vuelos procedentes de Georgia, una decisión que hace estar “muy contento” al propietario de Airzena, Tamaz Gaiashvili. La población georgiana que se opone al restablecimiento de los vuelos directos cree que la decisión de Airzena va en contra de las aspiraciones del país de formar parte de la Unión Europea