Nuevo hallazgo sobre el interior de Marte
La recepción de unas ondas sísmicas ha permitido concluir que el núcleo del planeta es líquido y más denso de lo que se creía
No obstante, la conquista de las dunas coloradas se vislumbra todavía como una tarea a muy, muy largo plazo. No existe -o al menos no se ha anunciado públicamente- ningún proyecto concreto que esté planteándose un viaje espacial tripulado con destino al planeta. Nuestra especie lleva largos lustros soñando con ello, y buena prueba de esto son las muchas películas realizadas sobre el tema, pero en este momento histórico la realidad es otra. La presente fase tiene más que ver con familiarizarse lo máximo posible con el entorno del lugar.
En cierto sentido, esa colonización con la que muchos sueñan ya es una realidad. Si bien es cierto que ningún hombre ha pisado jamás la superficie de Marte, hay varios robots de puntera manufactura desplegados sobre el terreno. Gracias a estos punteros artilugios, reflejo directo del empeño de las mejores mentes de este mundo, ha aumentado significativamente nuestro grado de conocimiento de las características marcianas.
Datos sorprendentes
Sabemos más cosas sobre su orografía, su geografía, su climatología e, incluso, sobre su historia. Y es que, los últimos avances en la exploración de Marte han arrojado resultados y esclarecido verdades ocultas. Gracias a unas ondas sísmicas captadas por el módulo de aterrizaje estadounidense InSight, los científicos de la NASA han podido sacar nuevas y sorpresivas conclusiones sobre la estructura interna del planeta rojo.
El modo en el que se comportaron dichas ondas mientras atravesaban el interior del cuerpo planetario ha aportado datos fundamentales para poder mapear de forma más minuciosa sus intestinos. Al parecer, parece cada vez más evidente que su núcleo es, de hecho, líquido. Además, los valores recogidos señalarían que es razonablemente más denso de lo que se pensaba. Las características de las profundidades de un objeto astronómico son un portal hacia el conocimiento de la historia de su formación.
De esta forma, los expertos también se inclinan a pensar que, a pesar de que las condiciones superficiales actuales de Marte imposibilitarían -o dificultarían enormemente- la proliferación de cualquier forma de vida, en algún momento de su pasado pudo haber presentado un clima menos adverso para esta eclosión. También se ha apuntado que el núcleo es algo más pequeño de lo que se creía hasta ahora, con un radio que rondaría los 1.800 kilómetros.