Partidazo era si ganaba Boca
Fue de ida y vuelta. Lo pudo ganar Boca pero la gran figura fue Chiquito Romero, que tapó ocho pelotas de gol. De él sí fue un partidazo...
Partidazo, dicen en la transmisión. Puede ser. Ahora, los invito a hacer un ejercicio. Descubran a un tipo feliz a la salida de la cancha. Un hincha de Boca, digo. No hay, no puede haberlo. Partidazo, entonces, para los neutrales. Partidazo para Boca es ganar. Como el otro día o 1-0 con un gol en contra en la jugada del final en la que Espinoza no dejó patear el córner como sí había hecho del otro lado pese a que el tiempo estaba recontra cumplido.
¿Conforme sí vale? Tampoco. Conformes cuando se gana. ¿Cómo se va a festejar un empate con Defensa y Justicia en la Bombonera con Chiquito Romero como figura? Porque lo que pasó es eso. Fríamente. Partidazo de Chiquito, que tapó ocho pelotas de gol. Fue 0-0, pudo ser 3-3 o 3-0 y también 0-3. Una moneda al aire, eso fue el partido. Y eso fue Boca también. Un equipo que llegó y generó, que metió dos tiros en los palos, que mostró la actitud voraz de querer ganar hasta con los cambios del Negro Ibarra. Pero al mismo tiempo, un equipo superado por un buen rato en el primer tiempo, pasivo para apretar, partido para contener, sin mediocampo. Seis para defender, cuatro para atacar, que se arreglen unos y otros.
¿Se puede ganar así? A ver: Boca ha ganado partidos en los que había hecho mucho menos. Por los que se había brindado mucho menos. Esta vez, increíblemente, le faltó la efectividad que tantas veces lo salvó. Pero si nos ponemos a contar la cantidad y calidad de situaciones de uno y otro lado, claramente Defensa estuvo más cerca. Chiquito salvó al equipo con varias tapadas tremendas, lo mejor desde que llegó: esta vez la efectividad estuvo en el arco propio. Pero eso implica una señal de alarma por lo mal que defendió Boca. Mejoró Pol, Advíncula por fin desbordó, Langoni siempre es un peligro y no merecía salir, a Pipa se lo negó el travesaño en una pirueta genial, Oscar Romero se asienta como un conductor talentoso y esforzado. Se vio de a ratos un juego algo más fluido y la autoridad como para tratar de someter -en el segundo tiempo- a un equipo que juega bien y que por algo está arriba.
Para reflexionar: si Boca hubiera ganado el partido, habría quedado puntero. Sí, este mismo Boca al que tantas veces le marcamos lo mal que juega, la falta de ideas y de fútbol, está a dos puntos de la cima. Toda una foto del fútbol argentino. "Seremos menos malos que los demás", diría Román. Algo de eso hay, seguro.