Roberto Dinamite es el máximo goleador en el campeonato de Brasil, pero el destino le impidió convertirse en un héroe del Mundial
DIEZ días después de la muerte de Pelé, el fútbol brasileño perdió a otro de sus ídolos, uno de los más grandes de la era inmediatamente posterior a Pelé, cuando Roberto Dinamite murió de cáncer el domingo a la edad de 68 años.
El suyo no es un nombre que tenga la misma ramificación internacional de Pelé , por otra parte, nadie más lo tiene, pero sin embargo, el suyo es un nombre que tiene mucho peso.
Junto a Pelé , Roberto -Bobby Dynamite- es el único jugador de campo que ha aparecido en más de 1000 partidos con el mismo club.
Pelé, por supuesto, lo hizo por el Santos, mientras que Roberto representó al gigante de Río de Janeiro Vasco da Gama.
En su momento, el Vasco ha tenido algunos jugadores realmente grandes: la columna vertebral de la maravillosa selección de Brasil de la Copa del Mundo de 1950, por ejemplo, y más recientemente Romario , Edmundo y Juninho Pernambucano.
Pero en encuesta tras encuesta, Roberto encabeza la lista. Es el ídolo más grande de todos los tiempos de Vasco da Gama.
Un delantero centro alto, larguirucho y con un tiro de cohete - de ahí el apodo - Roberto no tenía el repertorio técnico de Pelé - de nuevo, ¿quién lo tiene? - pero era directo e implacable, y suponía una amenaza constante para la portería contraria.
Hizo su debut a los 17 años en 1971, la temporada en la que Brasil finalmente lanzó un verdadero campeonato nacional .
Cuando dejó la escena dos décadas después, se había convertido, y sigue siendo, en el máximo goleador en la historia del campeonato.
Teniendo en cuenta que cuando empezó, los mejores brasileños aún jugaban en casa, es un gran honor.
La sonrisa dentuda característica de Roberto también se vio en el escenario internacional. Tuvo el más breve de los hechizos con el Barcelona a principios de 1980 y tuvo un buen comienzo en España.
Pero luego hubo un cambio de entrenador, asumiendo el veterano especialista defensivo Heleno Herrera.
De repente, había poco espacio en la alineación para Roberto, y ante la perspectiva de que su ídolo se uniera a los rivales locales Flamengo , Vasco pagó para traerlo de vuelta.
Y también tuvo una carrera completamente respetable con Brasil .
Un récord de 20 goles en 38 partidos es más que adecuado, y solo el destino y una mala programación le impidieron ser un héroe en la Copa del Mundo de 1978.
Comenzó la competencia en el banquillo, pero llegó al equipo después de que Brasil tuvo un comienzo tartamudo.
Su gol contra Austria aseguró que Brasil se clasificara para la segunda ronda, donde sus dos goles contra Polonia parecían haber llevado a Brasil a la final.
No hubo semifinales, sino dos grupos de cuatro equipos con los ganadores disputando la final.
Pero el formato defectuoso significaba que Argentina tenía una gran ventaja .
Saltaron al campo contra Perú sabiendo cuántos goles necesitaban para superar a Brasil, y los anotaron todos y más en una controvertida victoria por 6-0.
Luego, Argentina venció a Holanda y ganó su primer título.
Fue la mayor decepción de su carrera.
Sin embargo, hubo otra decepción en la siguiente Copa del Mundo. Roberto fue convocado tarde para 1982 después de que el joven Careca se retirara lesionado.
Pero nunca saltó al campo, a pesar de que el delantero centro trabuco Serginho no supo combinar con éxito con el maravilloso centro del campo de Brasil.
Su primer gol internacional llegó contra Inglaterra en 1976, un gol tardío que le dio a Brasil una victoria por 1-0 sobre el equipo de Don Revie en el Maracaná.
Ocho años después, uno de sus últimos partidos con su país fue contra el mismo rival en el mismo lugar, pero esta vez, con la inspiración de John Barnes, el equipo de Bobby Robson logró un famoso triunfo por 2-0.
No hubo dinamita, entonces, de parte de Roberto en esa ocasión.
Pero hubo suficiente en el transcurso de una larga carrera para inspirar a los fanáticos del Vasco a unirse y financiar una estatua de él, que se yergue con orgullo detrás de una de las porterías en el estadio del club, un tributo permanente a los recuerdos que dejó grabados en el mentes de generaciones de simpatizantes.
