El verdadero Chiesa ha vuelto
La Juventus se clasificó a los cuartos de Copa italiana batiendo al Monza 2-1 gracias a un espectacular golazo del italiano, que está dejando atrás su grave lesión.
Una gran noticia también para Roberto Mancini. Adriano Galliani definió “un sueño” ver a su equipo enfrentarse a la Vecchia Signora, y sus jugadores saltaron al campo con la intensidad que requiere una cita histórica. Allegri, por su parte, tuvo que gestionar energías tras el batacazo de Nápoles e hizo rotaciones, saliendo de inicio con Perin, Gatti, Iling, Miretti, Fagioli, Soulé y Kean.Justo Fagioli y Soulé, tras ocho minutos, combinaron perfectamente y el balón llegó a McKennie: el mediocampista centró para Kean, autor del 1-0 con un cabezazo.
El equipo de Palladino, a partir de entonces, tomó inesperadamente las riendas del choque e hizo méritos para el empate, que llegó en el 25′: lo anotó Valoti, tras un córner de Colpani. Los jóvenes Iling Junior, Soulé y Fagioli protagonizaron la reacción de los juventini, y el partido estuvo muy igualado hasta su fase final.Allegri, ante las dificultades de los suyos, decidió evitar sorpresas y sacó del banquillo a cinco titulares: Alex Sandro, Locatelli, Milik, Di María y, sobre todo, Federico Chiesa. El italiano, tras otro gol anulado a Kean por fuera de juego, se sacó de la chistera una jugada que mostró lo mejor de su repertorio.
Llegó desde la banda izquierda, se deshizo con fuerza y rapidez de Antov a pesar de su intento de falta, penetró en el área y con una rosca imparable anotó el 2-1 decisivo. Es su primer gol tras el año de sufrimiento por su grave lesión, que valió la clasificación y un mensaje clarísimo, el mejor posible para una Juve en apuros: el verdadero Federico está de vuelta.