La Fuerza Aérea de EEUU realizó el primer lanzamiento operativo del misil hipersónico ARRW
La prueba del AGM-183A ARRW, fabricado por Lockheed Martin, se llevó a cabo el 9 de diciembre frente a la costa del sur de California y se consideró exitosa
La prueba del AGM-183A ARRW, fabricado por Lockheed Martin, se llevó a cabo el 9 de diciembre frente a la costa del sur de California y se consideró exitosa. Estuvo a cargo del Ala de Prueba 412 en la Base de la Fuerza Aérea Edwards en California.
El prototipo de misil hipersónico fue lanzado desde un bombardero B-52H Stratofortress, y luego aceleró rápidamente a más de cinco veces la velocidad del sonido. Luego, el misil completó su ruta de vuelo planificada y detonó. Los primeros resultados muestran que se cumplieron todos los objetivos de la prueba.
“El equipo de ARRW diseñó y probó con éxito un misil hipersónico lanzado desde el aire en cinco años”, aseguró a Defense News Jason Bartolomei, oficial ejecutivo del programa de la dirección de armamento de la Fuerza Aérea. “Estoy inmensamente orgulloso de la tenacidad y dedicación que este equipo ha demostrado para brindar una capacidad vital a nuestro combatiente”.
Las armas hipersónicas pueden desplazarse a más de 6.400 kilómetros por hora, lo que dificulta su detección e intercepción. Los misiles también pueden maniobrar y variar su altitud, lo que permite evadir sistemas de defensa de terceros.
El Pentágono ha convertido el desarrollo de estas armas en una de sus principales prioridades, especialmente tras los ensayos llevados cabo el año pasado por China y el reciente uso de este tipo de armamento por parte de Rusia durante la invasión de Ucrania.
La Cámara Baja de Estados Unidos aprobó la semana pasada un incremento del 8% en el presupuesto de defensa para el año 2023, valorado en casi 858.000 millones dólares y que rescinde además la obligación de que los militares estén vacunados contra la covid-19.
Los diputados validaron la llamada Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, en inglés) por 350 votos a favor y 80 en contra, tras lo cual el texto proseguirá en el Senado su tramitación parlamentaria antes de ser ratificado por el presidente, Joe Biden.
El presupuesto final se eleva a 857.900 millones de dólares, de los cuales 816.700 van dirigidos al Departamento de Defensa y 30.300 a programas de seguridad nacional en el de Energía.
Los fondos acordados suman 45.000 millones a la cantidad inicialmente solicitada por Biden para afrontar el efecto de la inflación y acelerar la implementación de la Estrategia Nacional de Defensa.
Así, ese proyecto de ley autoriza 12.600 millones para hacer frente al impacto de la subida de los precios en las compras, otros 3.800 millones para contrarrestar ese efecto en los proyectos de construcción militar y 2.500 millones en las adquisiciones de combustible.
El acuerdo de este año, según el mismo, se centra en las prioridades “vitales” del país en materia defensiva, entre ellas la “competencia estratégica con China y Rusia, tecnologías disruptivas como las armas hipersónicas, la inteligencia artificial o la modernización de la aviación, los buques y los vehículos de defensa”.
El texto aprueba además un aumento del 4,6% en el salario de los trabajadores del Departamento de Defensa, tanto civiles como militares.