La diplomacia de China definió sus prioridades políticas para el próximo año
El canciller Wang Yi pronunció el día de Navidad un importante discurso en el marco del Simposio sobre la Situación Internacional y las Relaciones Exteriores
En su discurso navideño el jefe de la diplomacia china destacó que su país y América Latina y el Caribe han profundizado el consenso estratégico. A continuación, expresó que “China y Argentina celebraron el 50 aniversario de relaciones diplomáticas”. Y en un guiño a Rusia sostuvo que, “China y Cuba han lanzado un esfuerzo conjunto para construir una comunidad de destino”. En orden a los objetivos pragmáticos que el gobierno del presidente Xi Jinping diseñó sobre América Latina, el canciller apuesta a la ampliación de “la cooperación orientada a los resultados”.
Como muestra de esto cabe resaltar que hace dos décadas el intercambio comercial entre China y América Latina era de unos 12 mil millones de dólares, y en la actualidad supera los 400 mil millones. Esta relación estratégica también incluye negocios sensibles como, por ejemplo, la venta de armamento superior a los 600 millones de dólares que China llevó adelante con el régimen del dictador venezolano Nicolás Maduro en la última década.
La relación política entre el presidente chino y su par de Rusia Vladimir Putin goza de muy buena salud en la actualidad, y está sostenida en un comercio bilateral que en poco tiempo podría superar los 200 mil millones de dólares. Wang utiliza la palabra “crisis” para referirse a la brutal invasión de Rusia a Ucrania, y apunta sin nombrar a los Estados Unidos para caracterizar la relación con Rusia. Así lo dice sin medias tintas:
“Mientras algún país busca revivir la mentalidad de la Guerra Fría y fabrica la falsa narrativa de democracia versus autoritarismo, China y Rusia se han solidarizado con otros países para impulsar firmemente la multipolaridad y una mayor democracia en las relaciones internacionales, y se oponen firmemente a la hegemonía y rechazan una nueva Guerra Fría”. Y, por si quedara alguna duda, con un lenguaje frontal despojado de los formalismos de la retórica diplomática, remata afirmando que la relación entre China y Rusia “sigue siendo sólida como una roca y es inmune a los cambios en el entorno internacional”.
En orden a los vínculos con Taiwán y la vinculación de los Estados Unidos en el tema, el canciller Wang expresó en forma tajante que, “la cuestión de Taiwán está en el centro mismo de los intereses fundamentales de China y es la piedra angular de la base política de las relaciones entre China y Estados Unidos, y una línea roja que no debe cruzarse en las relaciones entre China y Estados Unidos”.
A pesar de la retórica desafiante, Wang señala que la diplomacia a su cargo seguirá adelante con los entendimientos comunes alcanzados entre el presidente de su país y su par norteamericano, Joe Biden. “Nos esforzaremos por recalibrar la relación entre China y Estados Unidos, y la llevaremos de vuelta al curso correcto”. Definir qué es lo “correcto” para las dos potencias más importantes del planeta será un desafío de primer orden para la agenda geopolítica del año próximo. De acuerdo a una estimación del Fondo Monetario Internacional representaban el año pasado el 42 por ciento del producto bruto interno mundial. La economía estadounidense representa por sí sola un cuarto del PBI global.
El canciller Wang finalizó su discurso destacando un fuerte alineamiento político con su presidente: “En el servicio diplomático seguiremos la guía del pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era”. Resta saber si los casi 1.500 millones de habitantes chinos ratificarán el sistema político “socialista” imperante o la nueva era estará definida por la búsqueda de la democracia y la libertad.