El presidente del Consejo Europeo pidió a Xi Jinping que contribuya a que Rusia termine su “brutal” invasión a Ucrania
Charles Michel mantuvo una reunión de tres horas con el presidente chino en Beijing. El país asiático se ha negado hasta el momento a condenar la invasión rusa y ha criticado las sanciones contra Moscú
El presidente del Consejo Europeo también enumeró algunas “dificultades” entre ambas partes como las que tienen las empresas europeas en el país asiático que, según dijo, se han “exacerbado” con la pandemia.
De acuerdo al portavoz, hubo un “intercambio de experiencias” entre ambas partes sobre la pandemia en China en un momento de descontento generalizado y protestas por la política china de covid cero, que implica confinamientos de ciudades y campañas de PCR masivas.
En ese intercambio se mencionó que ambas partes hablaron “sobre las respectivas medidas impuestas y la respuesta de las sociedades” a las mismas.
Sobre el Diálogo China-UE sobre Derechos Humanos, Michel recalcó que dará una oportunidad para hablar sobre “la situación de las minorías y casos individuales”.
Michel, que ha acudido a Beijing solo, sin estar acompañado de una delegación más grande de representantes del Consejo o la Comisión Europea, celebrará esta tarde una rueda de prensa virtual en Beijing para dar cuenta de la visita.
Por su parte, el presidente de China, Xi Jinping, pidió negociaciones para buscar una solución política al conflicto en Ucrania, según la televisora estatal CCTV.
“Resolver la crisis ucraniana a través de medios políticos va en el mejor interés de Europa y en el interés común de todos los países en Eurasia”, dijo Xi, según declaraciones citadas por la televisora.
“En las condiciones actuales, debemos evitar una escalada y expansión de la crisis y trabajar por la paz”, añadió el mandatario.
China ha hecho declaraciones similares en el pasado. El país se ha negado a condenar la invasión rusa y ha criticado las sanciones contra Moscú.
Unas semanas antes de la invasión, Xi y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, reafirmaron su relación “sin límites” y Beijing ha aumentado sus compras de crudo ruso. Las fuerzas aéreas de los dos países hicieron maniobras conjuntas esta semana.
Funcionarios europeos señalaron que la visita de un día de Michel se centraba en buscar un equilibrio entre el interés de la UE de aumentar sus exportaciones a China y la necesidad de ser firmes con Beijing en defensa de la democracia y las libertades fundamentales.
China ha ganado influencia global en los últimos años y la UE cada vez percibe más al país como un rival estratégico.
La visita de Michel también era una oportunidad de que el bloque de 27 miembros mostrara un frente unido tras la visita en solitario del canciller alemán, Olaf Scholz, a principios de noviembre.
Durante ese viaje, Scholz instó a China a ejercer su influencia sobre Rusia y planteó preocupaciones sobre derechos humanos. Michel intentará ahondar en esas cuestiones, dentro de los esfuerzos de la UE de no ceder terreno ante una China cada vez más asertiva y autoritaria. Beijing ha respaldado de forma tácita a Rusia en su invasión de Ucrania, criticado las sanciones a Moscú y ampliado su presencia en el Pacífico Occidental.
La visita también coincide con altas tensiones en torno a la isla autogobernada de Taiwán, que China ha amenazado con invadir, y se celebraba tras un reporte de Naciones Unidas sobre que las violaciones de derechos humanos de China contra uigures y otros grupos étnicos en la región de Xinjiang podrían suponer crímenes contra la humanidad.
En los últimos meses han aumentado las visitas de políticos del Parlamento Europeo y de países miembros la UE a Taiwán, lo que ha enojado a Beijing. Beijing vetó el comercio con Lituania y congeló las relaciones bilaterales después de que el país báltico decidiera subir de categoría sus relaciones oficiales con Taipéi.
Al mismo tiempo, Michel intentaba mejorar la posición económica de la UE en la segunda economía más grande del mundo, que ha sufrido un considerable descenso en su crecimiento debido a las rígidas normas contra el COVID-19, que también limitaron la visita de Michel a un solo día.
El déficit comercial de la UE con China en bienes y servicios asciende a unos 240.129 millones de dólares anuales. El grupo quiere reducir en concreto su dependencia de China para equipamiento tecnológico y minerales raros empleados en la fabricación de microprocesadores, baterías y paneles solares.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE abordaron el pasado octubre cómo enmarcar la relación con China en el futuro, un debate en el que coincidieron en que habrá que defender los derechos y libertades fundamentales europeas e “introducir más reciprocidad” en las relaciones económicas con Pekín.
Ese debate tuvo lugar sobre la base de un nuevo documento preparado por el Servicio Europeo de Acción Exterior que apuntaba a que China “se ha convertido en un competidor global aún más fuerte para la UE, Estados Unidos y otros socios afines”, por lo que “es esencial evaluar la mejor manera de responder a los desafíos y oportunidades actuales”