El aviso de la OMS sobre la ‘pandemia silenciosa’: así afecta el uso excesivo de antibióticos
El 8% de las infecciones del torrente sanguíneo se están volviendo resistentes a estos medicamentos, lo que aumenta el riesgo de muerte por otras infecciones.
En él se proporciona un análisis de las tasas de resistencia antimicrobiana (AMR) desde 2017 hasta el 2020. El trabajo muestra niveles superiores al 50% de resistencia a bacterias que causan infecciones en el torrente sanguíneo, como la ‘Klebesiella pneumoniae’ y la ‘Acinetobacter spp’. Ambas bacterias requieren un tratamiento con antibióticos de último recurso como los carbapenémicos.
A pesar de ello, el 8% de estas infecciones se están volviendo resistentes a los carbapenémicos, lo que aumenta el riesgo de muerte debido a infecciones inmanejables.
Bacterias resistentes a los tratamientos
Esto es lo que ha llevado al organismo de Naciones Unidas a avisar de que las infecciones bacterianas cada vez son más resistentes a los tratamientos. Por ejemplo, según la OMS, “más del 60% de los aislamientos de gonorrea, una enfermedad de transmisión sexual, han mostrado resistencia a uno de los antibacterianos orales más utilizados, como es la ciprofloxacina”.
Además, el 20% de los aislamientos de ‘E.coli’, el patógeno más común en las infecciones urinarias, también fueron resistentes a los medicamentos de primera línea (ampicilina y cotrimoxazol) y a los de segunda alinea (fluoroquinolanas).
La resistencia a los antimicrobiano pone en riesgo millones de vida, por lo que desde la OMS son conscientes de que deben ampliar las pruebas de microbiología y proporcionar datos de calidad garantizada en todos los países.
El estudio también muestra que la mayoría de las tendencias de resistencias se han mantenido estables, a excepción de las provocadas por la ‘Escherichia coli’, ‘Salmonella spp’ y las infecciones por gonorrea, que aumentaron un 15% en 2020.
Brecha entre países de alta y baja cobertura
Los nuevos análisis muestras que los países con una cobertura de prueba más baja tienen más posibilidades de informar de tasas de resistencias antimicrobiana, entre el 42% y el 35%, mientras que en los países de alta cobertura de pruebas estos niveles son más bajos, con un 11% y un 6,8%.
Para superar esta brecha, la OMS seguirá con un enfoque doble que tiene como objetivo la generación de evidencia a corto plazo a través de encuestas y del desarrollo de capacidades a largo plazo para la vigilancia de rutina.