Estados Unidos condenó el atentado contra el ex primer ministro pakistaní Imran Khan
Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU, hizo un llamado a la calma. El ex mandatario recibió un disparo en una pierna durante un acto político
“En la política no hay lugar para la violencia. Pedimos a todas las partes que se abstengan de la violencia, del acoso y de la intimidación”, indicó en una breve declaración el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
Khan y otras ocho personas resultaron heridas este jueves en un ataque en el que también hubo una víctima mortal y que se desató contra el vehículo que lo transportaba en el este de Pakistán durante su marcha contra la injerencia extranjera.
El ex primer ministro, que recibió un disparo en una pierna, había advertido en numerosas ocasiones de las amenazas en su contra y de que su vida corría peligro.
“Le deseamos a él y al resto de heridos una rápida y completa recuperación”, añadió Blinken, extendiendo sus condolencias a la familia del fallecido y recordando el compromiso de su país en favor de un Pakistán “democrático y pacífico”.
“Gracias a Dios Imran Khan está a salvo”, informó en Twitter Azhar Mashwani, un miembro destacado de su partido, el Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), quien aseguró que el hombre que realizó los disparos al paso de la marcha por Wazirabad ha sido “arrestado”.
El propio PTI confirmó esa información en redes sociales: “Imran Khan recibió un disparo en la pierna, pero estaba estable mientras lo llevaban al hospital”. El mensaje iba acompañado de un video en el que se veía al ex mandatario saludando a sus seguidores después del ataque mientras lo trasladaban a un vehículo. En otro video se aprecia que tiene una pierna vendada.
Imágenes difundidas en las redes sociales muestran al atacante con un arma y cómo lo detienen los participantes de la marcha y lo comienzan a golpear hasta que los agentes le detienen.
LA GRAN MARCHA DE KHAN
El ex primer ministro había comenzado el pasado viernes una marcha desde la ciudad oriental de Lahore hasta Islamabad bajo el lema “haqeeqi azadi”(“verdadera libertad”), después de que su mandato llegara a su fin de manera prematura este año tras una moción de censura promovida por el actual Gobierno.
De acuerdo con Khan, la moción de censura que logró el pasado abril su destitución, promovida por una alianza de varios partidos liderada por la Liga Musulmana de Pakistán del actual primer ministro, Shehbaz Sharif, se confabuló con Estados Unidos.
El propio Sharif, en un mensaje en Twitter, condenó “de la manera más rotunda” el ataque contra Khan, y aseguró que había solicitado al Ministerio del Interior un informe inmediato sobre el incidente, al tiempo que rogó por la pronta recuperación del político.
El presidente paquistaní, Arif Alvi, también lamentó el “atroz intento de asesinato del valiente Imran Khan” y celebró que se encontrara bien, a pesar de haber resultado herido en una pierna, en este “alarmante, vergonzoso, ruin y cobarde” ataque.
Esta marcha estaba movilizando a miles de partidarios y, según Khan, no tenía motivaciones políticas ni personales, tampoco buscaba derrocar al Gobierno. Su objetivo era hacer que el país sea realmente independiente, sin injerencias extranjeras.
Khan sostiene que su destitución fue un castigo de Washington por una visita a Rusia celebrada en la misma jornada en la que Moscú comenzó su ofensiva en Ucrania.
Este jugador de críquet convertido en político, que llegó al poder después de las elecciones generales de 2018, mantuvo buenas relaciones con el Ejército paquistaní, al que se le atribuye gran influencia en el Gobierno. Sin embargo esa afinidad comenzó a deteriorarse en los últimos dos años, debido supuestamente a su nueva política exterior distanciada de EEUU.
Khan, que al principio del conflicto en Ucrania quiso presentarse como neutral en las relaciones de su país con los EEUU y Rusia, ha lamentado públicamente en varias ocasiones el coste que tuvo para Pakistán dar apoyo a Washington en la guerra en Afganistán.
Tras ser depuesto, Khan se ha referido indirectamente al jefe del Ejército como un traidor por facilitar lo que dice que fue una conspiración extranjera para derrocar a su gobierno.
