Black Panther: Wakanda Forever, crítica. Un gran homenaje a Chadwick Boseman

La nueva película de Marvel Studios se sobrepone a la pérdida de su estrella y ofrece un buen espectáculo de entretenimiento.

Borja Ruete, MS

Marvel Studios tuvo que tomar una complicada decisión tras el fallecimiento de Chadwick Boseman, el intérprete que encarnó a Pantera Negra en el UCM. La cuestión ineludible era si debían continuar adelante con la secuela o no, un dilema que se plantearon y que finalmente se resolvió afirmativamente. El resultado es Black Panther: Wakanda Forever, una película que traslada el duelo por la pérdida del actor a la propia narración de la película, que termina tornándose en un auténtico y sentido homenaje hacia la figura del intérprete y de su personaje.

El filme dirigido por Ryan Coogler arranca con el logo de Marvel Studios, al igual que el resto de películas de la saga. Sin embargo, en esta ocasión todas las pequeñas secuencias que se integran en el logo constituyen un mosaico protagonizado por la Pantera de Boseman. Su muerte se mimetiza con la de T' Challa: mientras Wakanda llora la pérdida de su rey, sus compañeros recuerdan a Chadwick Boseman, su estrella.

Todas las miradas sobre Wakanda

El prematuro adiós de Black Panther deja un gigantesco vacío en su familia y súbditos, que viven inmersos en la incertidumbre de lo que llegará a continuación. El peso narrativo recae inevitablemente sobre la familia real, la reina Ramonda (Angela Bassett) y su hija Shuri (Letitia Wright), dos personajes que no solo se enfrentan al duelo, sino que también tienen que defender los intereses de Wakanda en un mundo al borde del cataclismo.

Las potencias mundiales miran fijamente a Wakanda. El vibranium, un recurso natural tan escaso como poderoso, es codiciado por el resto de naciones. Ante esa situación, la confianza entre unos y otros comienza a medrar. El problema se intensifica todavía más cuando se descubre que un reino submarino conocido como Talocan también está en posesión de ese material.

En los cómics de Marvel, Namor es el rey de Atlantis, pero en la versión de Wakanda, este mutante es el soberano de un reino subacuático inspirado en los pueblos indígenas americanos, Talocan. El personaje interpretado por Tenoch Huerta es un antihéroe, un villano que en realidad busca el bienestar de su pueblo, aunque el fin a veces justifique los medios. En su conciencia subyace el conocimiento de lo que ocurrió en el pasado, cuando los españoles conquistaron el país muchos siglos ha. Su anhelo y obsesión es que algo así no se repita de nuevo, de modo que hará cualquier cosa para evitarlo.

Diversidad indígena

En entrevista con MeriStation, Huerta defiende la diversidad, máxime cuando se trata de una película blockbuster capaz de traspasar todas las capas sociales y de alcanzar a un público muy masivo. Dice el actor que la sociedad latinoamericana suele desdeñar sus raíces indígenas, por lo que este filme puede servir para que estas personas se miren al espejo y reflexionen sobre lo que ven en su reflejo.

Black Panther: Wanda Forever es por momentos una película a la que le sobran algunos minutos de metraje (dura 2 hora y 40 minutos), con secciones más lentas o incluso reiterativas. Sin embargo, el producto en conjunto funciona y regala a los espectadores vibrantes escenas de acción, así como un bello homenaje a la figura de Chadwick Boseman y de su personaje. La superación de la pérdida implica recuperar el poder y utilizarlo para salvar a Wakanda:  no se puede obviar un cierto patriotismo fogoso que lleva al resurgimiento de la identidad colectiva. Wakanda Forever.

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