Neymar: “Fiché por el Barça porque seguí a mi corazón”
Segunda jornada del juicio por el Caso DIS, donde declaró como testigo Florentino Pérez y Neymar llegó tarde con permiso del juez.
Si la primera jornada del juicio por el Caso DIS, o Neymar 2, acabó para el brasileño el lunes antes de tiempo porque el juez le dispensó de quedarse toda la sesión bajo el argumento de que el brasileño se había levantado muy pronto para llegar a Barcelona tras jugar en París contra el Olympique de Marsella, en la segunda jornada se tuvo que modificar el cronograma previsto porque, con permiso otra vez del juez, Neymar llegó tarde.
El lunes, el juez Del Amo dispensó al brasileño argumentando que “mientras usted marcaba un gol, yo ya estaba en la cama” y el martes se programó su comparecencia a primera hora, pero los abogados lograron retrasarla, por lo que se adelantó faena con la declaración como testigos de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y de Raül Sanllehí, actual Director General del Zaragoza y en la época de los hechos a juicio, director de fútbol del FC Barcelona. Antes de empezar la sesión del día, el juez quiso explicar su decisión del día anterior ante el revuelo mediático causado diciendo que “cualquier acusado tiene derecho a ejercer su defensa en las mejores condiciones, no es privilegio exclusivo del señor Neymar da Silva Santos Junior”.
Obviamente, la comparecencia de Neymar era la más esperada de la jornada. El brasileño llegó al juzgado a las 11,10 horas de la mañana con un traje, botas, gafas de sol y un botellín de agua en la mano. Le acompañaban sus padres, también encausados por ser los responsables de la empresa N&N, que es la que gestiona los contratos de su hijo.
La declaración de Neymar apenas duró cinco minutos ante las preguntas de la acusación que trataron de conocer si su decisión a ir al Barça se impuso a las mejores ofertas de otros equipos por algún motivo.
Neymar, que empezó a declarar en brasileño ayudado de una traductora jurada y acabó en un perfecto castellano ante la cara de estupefacción de la intérprete que a la tercera pregunta se dio cuenta que sus traducciones del español al brasileño de las preguntas de la parte opuesta eran absolutamente prescindibles.
Neymar dejó muy claro que no fue al Barça por dinero, sino porque se lo dictó el corazón. “Sabía de los rumores de otros clubes pero mi sueño era fichar por el Barça y en 2013 decidí ir al Barça y marcharme del Santos. Tenía opciones de muchos clubs pero mi sueño siempre fue jugar en el Barça, desde niño quería jugar allí y yo sigo siempre mi corazón. Me acuerdo que tenía el Madrid para ir y no recuerdo otros. En el último momento era Madrid o Barça pero mi corazón me hizo ir al Barça”, respondió el delantero internacional.
Neymar aseguró que cualquier negociación sobre sus contratos “la lleva mi padre, yo no participé en la negociación. Yo firmo lo que él me dice” y acabó su declaración afirmando que no recordaba si había estado en Barcelona el año 2011.
Esta última declaración coincidió con la de su padre, que fue quien asumió toda la responsabilidad de la firma de los contratos con el argumento de que “creamos una estructura empresarial fuerte en torno a Neymar, para que él solo se preocupara de jugar a fútbol”. El padre, también exculpó de cualquier intervención en la firma de los contratos a su ya ex esposa y madre del jugador.
Por su parte, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, también lanzó un cable al Barcelona en la declaración que realizó mediante el sistema webex a distancia una vez regresó de París donde el lunes acudió a la Gala del Balón de Oro.
Reconoció Florentino Pérez que el Real Madrid trató de firmar al jugador brasileño, pero que su oferta fue de 45 millones, menor por tanto de la que consta que hizo el Barcelona de manera oficial. Por lo que le parecía lógico que el brasileño optara por irse al Barcelona.
Lo que pasa es que queda por dilucidar si antes de la oferta final, el club blaugrana pagó en concepto de préstamo 10 millones al padre de Neymar más otros 40 para cuando se concretara la firma, cosa que es la que reclama la empresa DIS, que en esa época tenía el 40% de los derechos del futbolista y que se siente estafada porque se realizaron pagos a sus espaldas.
