Human Rights Watch denunció que Moscú y sus fuerzas aliadas trasladan contra su voluntad a civiles ucranianos a Rusia
En un informe de 71 páginas, la ONG explica que entrevistó a 54 personas que fueron llevadas al país invasor o que conocían a familiares o amigos que tuvieron que marcharse de forma forzada
“Los civiles ucranianos no pueden quedarse con la única opción (obligada) de ir a Rusia”, ha precisado la investigadora principal de crisis y conflictos de HRW, Belkis Wille, quien ha agregado que “nadie debe verse forzado a someterse” a este proceso “para alcanzar la seguridad”.
En un informe de 71 páginas, la ONG explica que entrevistó a 54 personas que fueron trasladadas a Rusia, que conocían a familiares o amigos que tuvieron que marcharse de forma forzada o que apoyaron a aquellos que querían salir de Ucrania debido a los enfrentamientos entre las partes.
Así, los funcionarios rusos y sus aliados organizaron el transporte para sacar a los civiles de la sitiada ciudad de Mariúpol, asegurando a las personas que querían huir de los combates que no tenían más remedio que quedarse en las áreas controladas por Moscú o dirigirse directamente hacia Rusia.
Los entrevistados también aseguraron, según un comunicado de Human Rights Watch, que el personal militar transmitió a los civiles que tenían que ir a Rusia o a la autoproclamada República de Donetsk, territorio ubicado en el Donbás ucraniano y afín a Rusia.
Un hombre de 70 años de la aldea de Lozova le explicó a HRW durante una entrevista que las fuerzas rusas le dijeron que vivía “bajo control ruso”, por lo que si llegaba a la zona el Ejército de Ucrania le castigarían y le matarían.
Otro hombre, residente de Mariúpol, aseguró que tanto él como docenas de vecinos se quedaron encerrados durante dos semanas en una escuela en condiciones insalubres antes de que pudieran solicitar salir de la zona sitiada por los combates. “Nos sentíamos como rehenes”, afirmó.
“El ‘pastoreo’ de personas hacia las áreas ocupadas por los rusos y hacia Rusia sin consentimiento debe detenerse de inmediato”, ha sentenciado Wille, agregando que tanto las autoridades de Rusia como las organizaciones internacionales deben “hacer todo lo posible” para evitar estos traslados forzados de civiles.
Human Rights Watch ha recordado que los traslados forzados son una violación grave de las leyes de guerra que constituyen un posible crimen de lesa humanidad, al tiempo que ha asegurado que la “filtración”, que es un control de seguridad obligatorio, es una práctica “punitiva” y “abusiva”.