Donovan Mitchell, a los Cavaliers de Ricky Rubio
El base-escolta (25 años y 1,85 m) sale de Utah Jazz por tres jugadores y cinco rondas del draft (dos de ellas intercambiables), según Adrian Wojnarowski.
Un botín que en Utah ven con buenos ojos, en pleno proceso de reconstrucción de un proyecto que ha alcanzado los playoffs las seis últimas temporadas (tres semifinales y tres primeras rondas), pero que estaba agotado: su sistema, su forma de jugar permitía galopar a buen ritmo por la regular season, pero era insuficiente y débil en las rondas finales. El mal ambiente creado por Rudy Gobert y el propio Donovan Mitchell tampoco ayudaron a enderezar el barco.
Los Jazz ya empezaron a desmontar la tienda con la salida en febrero de un histórico como Joe Ingles y una pieza clásica como Royce O’Neal en junio. Y si no había quedado claro, el traspaso de Gobert a Minnesota Timberwolves al comienzo del mercado de agentes libres dejó las cosas mucho más claras. Ahora, el adiós de Mitchell hace que en Salt Lake City comiencen un camino lleno de interrogantes.
Cavaliers
Por su parte, los Cavaliers dan a priori un salto espectacular hacia adelante en una Conferencia Este cada día más agresiva tras ser una de las grandes sorpresas la temporada pasada. Ganan un anotador nato, un artillero de primer nivel que promedia 23,9 puntos en su ya cinco temporadas en la NBA. Más pólvora en unos Cavs que ya contaban con Caris LeVert, pero sobre todo con dos jóvenes de futuro muy prometedor como el pívot Evan Mobley y Darius Garland.
Todo ello, bajo la batuta de Ricky Rubio. El internacional español ha firmado por tres temporadas a pesar de una larga lesión de rodilla que se extenderá hasta el otoño. Su papel en el equipo seguirá el camino de la última vez: guiar a una plantilla joven y con mucho potencial a la que se le une Mitchell, que ya coincidió en sus dos primeros años de carrera NBA con Ricky en Utah.
