Desde entregar la Copa del Mundo a Bobby Moore hasta 'lanzarse en paracaídas' desde un helicóptero en 2012, la Reina hizo del deporte algo especial
ELLA entregó el Trofeo Jules Rimet a Bobby Moore, se "lanzó en paracaídas" desde un helicóptero en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres y le negó un autógrafo a Dennis Lillee en un partido de prueba entre Australia e Inglaterra.
Si bien la genuina pasión de la Reina por el deporte no se extendió mucho más allá de sus amadas carreras de caballos y los Highland Games en Braemar, Su Majestad estuvo presente en muchas ocasiones trascendentales.
Y también podría reclamar a una hija y una nieta como ganadoras de la Personalidad Deportiva del Año de la BBC, tanto la Princesa Ana como Zara Tindall reclamando el codiciado gong por sus logros en la equitación.
Hace una década, la Reina se robó el espectáculo en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de 2012 de Danny Boyle , donde se vio a Daniel Craig, como James Bond, llegar al Palacio de Buckingham para escoltar al monarca a un helicóptero.
Su Majestad pronunció la línea "Buenas noches, Sr. Bond" antes de que se viera a su doble saltando del avión sobre el estadio de Stratford, antes de que la Reina llegara para tomar asiento, con el Duque de Edimburgo a su lado.
Este boceto, mantenido en secreto incluso para el resto de la familia real , fue una parte clave de una ceremonia, ampliamente considerada como un triunfo, que condujo a un verano dorado para el deporte británico.
En 1966, la imagen de la Reina con un sombrero mostaza y un abrigo entregando la Copa del Mundo al capitán de Inglaterra, Moore, después de la victoria por 4-2 sobre Alemania Occidental, es una de las imágenes más icónicas en la historia del deporte inglés.
E incluso en su mejor momento, Moore fue muy exigente con la etiqueta.
El héroe de la tripleta, Sir Geoff Hurst, dijo: “Bobby notó que la reina llevaba guantes.
“Tuvo la previsión de no ensuciar los guantes de la Reina. Se limpió las manos justo antes de recoger el trofeo”.
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Las multitudes se han reunido en el Palacio de Buckingham, el Castillo de Windsor y Balmoral para rendir homenaje a la Reina.
En los últimos años, su nieto, el príncipe William, el presidente de la FA y un entusiasta fanático de Aston Villa, generalmente ha hecho los honores en el evento principal del fútbol nacional inglés.
Su Majestad nunca reveló lealtades futbolísticas.
Los fanáticos del West Ham creían que ella era una de los suyos, aunque el príncipe Felipe lo negó cuando Karren Brady, copropietaria de los Hammers, le preguntó, y Cesc Fábregas afirmó una vez que había admitido que apoyaba al Arsenal.
La Reina fue una habitual en los partidos de Lord's Test durante la mayor parte de su reinado, asistiendo a 26 de ellos, con su esposo, el Príncipe Felipe, un ávido fanático del cricket, un jugador entusiasta en su juventud y ex presidente de MCC.
Inglaterra y el equipo visitante solían hacer fila en los jardines para estrechar la mano de Su Majestad durante el intervalo del té, antes de despedirla con tres "hip, hip hurra".
Pero durante la Prueba del Centenario de 1977 entre Australia e Inglaterra en Melbourne, la jugadora de bolos rápida australiana Lillee rompió con el protocolo para pedirle a la Reina su autógrafo, incluso teniendo lápiz y papel a mano.
El monarca se negó cortésmente, aunque días después se envió una foto firmada a Lillee.
A pesar de la sensación real de Wimbledon y su proximidad al Palacio de Buckingham, la Reina no era fanática del tenis, solo asistió al Campeonato en cuatro ocasiones.
A pesar de su relativa falta de interés en la mayoría de los deportes principales, la Reina fue una asistente devota de los Highland Games en Braemar, que se celebraron cerca del Castillo de Balmoral durante su estadía habitual de verano allí, donde se dice que disfrutó genuinamente del lanzamiento y el tirón de caber. -de guerra.
Los Juegos de la Commonwealth también estaban cerca de su corazón, como un símbolo del grupo de naciones, principalmente antiguas colonias del Imperio Británico, del cual ella era la cabeza.
Pero las carreras de caballos eran, con mucho, el deporte favorito de la Reina y, aunque su director de carreras, John Warren, la describió como un "pez pequeño en un estanque enorme" y "una propietaria de segunda división", sus caballos ganaron cuatro de los cinco clásicos ingleses.
Solo The Derby eludió a Su Majestad, aunque en 2011 su caballo, Carlton House, entró como favorito solo para perder un zapato en Epsom Downs y terminó tercero.
Warren insistió en que la Reina leyera el Racing Post todas las mañanas y mirara grabaciones de Channel 4 Racing y Racing Channel la mayoría de las noches.
Si bien su asistencia a otros eventos deportivos comprensiblemente se volvió menos frecuente durante sus últimos años, Royal Ascot siguió siendo una de sus ocasiones favoritas del año.
El “deporte de los reyes” fue en gran medida el deporte de la Reina, pero su asistencia a muchos otros eventos importantes le agregó grandeza adicional.
