Corea del Norte lanzó un misil balístico no identificado al mar de Japón
La maniobra ocurre en medio de informes de que el régimen de Kim Jong-un se estaría preparando para lanzar un proyectil desde un submarino
La maniobra se dio tras los rumores que circularon los últimos días de que los oficiales surcoreanos habían detectado signos de que su vecino del norte estaría preparando todo para realizar pruebas sobre un misil que puede ser lanzado desde un submarino.
Asimismo, el lanzamiento se produjo luego de que este viernes llegara a Seúl el portaaviones USS Ronald Reagan y su grupo de ataque como una advertencia a Pyongyang sobre el uso de armas nucleares, tras la aprobación del régimen de una nueva ley destinada a autorizar el uso preventivo de armas en determinadas condiciones.
La inteligencia militar de Washington y Seúl sospecha que Pyongyang lleva listo desde hace meses esta maniobra, que sería la séptima detonación nuclear subterránea en su centro de pruebas de Punggye-ri, al noreste del país.
En 2022, Corea del Norte ha aumentado significativamente sus pruebas con misiles, por lo que ya lleva realizadas más de 30 sobre armas balísticas -incluyendo su primer misil balístico intercontinental, desde 2017-. Así, continúa expandiendo su arsenal, aumentando su capacidad militar y plantando una nuclear, más agresiva.
Asimismo, el lanzamiento se produjo luego de que este viernes llegara a Seúl el portaaviones USS Ronald Reagan como una advertencia a Pyongyang sobre el uso de armas nucleares, tras la aprobación del régimen de una nueva ley destinada a autorizar el uso preventivo de armas en determinadas condiciones.
El portaaviones de la clase Nimitz, que se encuentra en el puerto de Busan, realizará maniobras con la marina del país. Junto a él participarán de los ejercicios el crucero lanzamisiles USS Chancellorsville, el destructor USS Barry equipado con sistema Aegis y el submarino de propulsión nuclear USS Annapolis.
Estos ejercicios son los primeros después de cinco años y tienen por objetivo principal enviar un mensaje a Corea del Norte, desconectada del diálogo sobre el desarme desde que empezó la pandemia y enfrascada en un plan de modernización armamentística.
La última vez que el buque atracó en la península fue en septiembre de 2017, en plena escalada de tensión tras el último ensayo nuclear norcoreano hasta la fecha.
En mayo de este año, el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol y su homólogo norteamericano, Joe Biden, se habían reunido y acordado que Washington desplegaría activos estratégicos en la península coreana “de manera coordinada y cuando sea necesario” en función del accionar de Pyongyang.
Asimismo, a principios de año, el Norte realizó una serie de pruebas sobre misiles balísticos con capacidad nuclear, que pueden alcanzar tanto el territorio continental de Estados Unidos como Corea del Sur.
Las maniobras se dan luego de las recientes advertencias del presidente ruso Vladimir Putin de que utilizará armas nucleares para defender su territorio. Ante los dichos de Moscú, múltiples países de Occidente se pronunciaron en contra e, inclusive, Estados Unidos envió advertencias por privado al país.
Por su parte, semanas atrás, The New York Times reveló un informe de la inteligencia norteamericana que afirma que Rusia está comprando armas y municiones a Corea del Norte, como consecuencia de las sanciones que le fueron impuestas a Moscú y la necesidad de Putin de hacer frente a la ofensiva en Ucrania.