Boca, el único grande, siempre

Eliminó a Quilmes con un equipo donde hubo mayoría de suplentes y pibes y cumplió con su parte. Lo que River e Independiente no pudieron. Una pena que no haya superclásico...

Pero bueno, hay que ocuparse de Boca y dejar de lamentar que los otros equipos con cierta historia (River, Independiente) no estén a la altura. Fue un partido extraño, de ida y vuelta, abierto, como si Boca despreciara el poder de Quilmes y estuviera dispuesto a chapear con su jerarquía en el palo y palo. Extremadamente relajado, cedió más chances de gol que en la suma de los últimos cuatro o cinco partidos. Y así como eso fue lo raro, lo que estuvo fuera de molde, hubo una parte que es lo de siempre: la efectividad en ofensiva, la capacidad goleadora más allá de las oportunidades perdidas (dos tiros al palo de Morales, entre ellas). Un golazo de Benedetto, el debut en la red de Morales (enorme asistencia de Sández), la cuota habitual del sorprendente Langoni.

¿Falta juego? Sí. ¿No tiene continuidad? No, no la tiene. ¿Le cuesta controlar, dominar, juntar pases? Cierto. No es un modelo de equipo, pero tener buenos jugadores, goleadores, tipos que con una jugada puedan cambiar un partido, definirlo o salvarlo también es una virtud. Y esto pasa con titulares y suplentes. Con una cantidad enorme de chicos del club, lo cual tiene un valor especial y adicional para el hincha.

Hubo un momento en el que pudo complicarse lo que con el 3-1 parecía definido, y fue el gol de Pavone (¡qué bueno verte, gracias por los hermosos recuerdos, Tanque!), pero la propia hinchada de Quilmes malogró lo que podía ser una levantada con los incidentes. Tal vez no se dieron cuenta los muchachos de que estaban en partido, a apenas un gol de diferencia. Se sabe, matemática siempre es una materia jodida, la educación no es un punto fuerte en nuestro país, sobre todo en la devastada provincia de Buenos Aires. Al final, los chicos aguantaron bien y Boca está en semifinales de un torneo que jamás fue un objetivo primordial pero que ahora tiene la obligación de ganar. Como corresponde al único grande.

Los graves incidentes en la tribuna de Quilmes

PD: Y ahora hablando en serio, fue un día triste para los hinchas de Boca por el trágico y absurdo accidente que se llevó la vida de Paola, una de esas hinchas que iban a todos lados. El fútbol y la vida no son lo mismo, aunque algunos encuentren en este juego maravilloso las pocas migajas de felicidad diaria que deberían conseguir en otros rubros. Para Paola, el respeto. Y el pésame a sus familiares y amigos. Para el resto de los que viajaban en ese micro, fuerza. Nunca alcanzan las palabras.     

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