Por qué no te gustan tus “selfies”? La ciencia tiene la respuesta
Nuestra parcialidad, unida a la distorsión que provocan las cámaras de los teléfonos inteligentes, influyen en la percepción de nuestra propia imagen. Qué argumentan los expertos
Es que las autofotos no funcionan como los espejos. Por el contrario, están completamente distorsionadas, especialmente cuando se trata de la nariz, según una investigación publicada en la revista médica JAMA Facial Plastic Surgery. “Las selfies hacen que tu nariz parezca más ancha y gruesa cuando en realidad no lo es, y a la gente le gusta una nariz más pequeña”, dijo a CNN Boris Paskhover, cirujano plástico facial y reconstructivo de la Facultad de Medicina de Rutgers New Jersey y autor principal del estudio. “Mi temor es que la generación que hay ahora no lo sepa. Todo lo que conocen es la selfie”.
Los investigadores analizaron específicamente las selfies tomadas a 30 centímetros de distancia, una distancia común para alguien que se toma una imagen de estas características sin la ayuda de un palo. En una fotografía tomada desde esa distancia, la nariz de los hombres parece un 30% más ancha de lo que realmente es y la de las mujeres un 29% más. En cambio, una foto tomada desde la distancia estándar de un metro y medio no presenta ninguna distorsión perceptible.
Consultado por Infobae, el médico especialista en cirugía plástica, estética y reconstructiva Fernando Felice (MN 108.614) detalló que “la distorsión genera un angostamiento del rostro con un aumento de la dimensión centro facial, principalmente del área nasal y también del mentón”.
Paskhover espera que esto haga reflexionar a la gente cuando considere la posibilidad de operarse la nariz, que, según dijo, puede costar más de 15.000 dólares y puede ser una decepción muy cara. “Si se acude a alguien sin experiencia, los resultados estéticos son variables”, detalló. Cualquier cirugía también conlleva riesgos.
La encuesta de la Academia Americana de Cirugía Plástica y Reconstructiva Facial encontró que el 55% de los cirujanos plásticos faciales trataron a pacientes que “quieren verse mejor en selfies”, en 2017. Eso es un aumento del 13% desde 2016. “Los consumidores están a solo un golpe de distancia de encontrar el amor y una nueva apariencia, y este movimiento solo va a fortalecerse”, dijo el presidente de la agrupación, William H. Truswell, en un comunicado.
Paskhover teme que estas autofotos se estén convirtiendo en un riesgo para la salud pública. “Los adultos jóvenes se toman constantemente selfies para publicar en las redes sociales y creen que esas imágenes son representativas de su aspecto real, lo que puede repercutir en su estado emocional”, aseveró el experto en un comunicado. “Quiero que se den cuenta de que cuando se toman una selfie están, en esencia, mirándose en un espejo de feria portátil”.
Sin embargo, cuando volvemos a revisar estas imágenes unos días después, no le damos tanta importancia a tantísimos defectos que habíamos visto en un principio. Esto es porque continuamos con nuestra vida y consideramos que esa imagen es una fotografía que quedó en el pasado. Podría decirse que la cabeza está menos condicionada y los ojos se vuelven menos críticos. ¿Cuántas veces miraste las fotos de los veranos de tu adolescencia y pensaste “con lo bien que me veía y tenía la cabeza llena de complejos”?
A todo esto se le añade el efecto de la nostalgia. La psicología apunta a que es cuestionable que podamos evaluar objetivamente una fotografía sin que entren en juego los recuerdos que asociamos a la misma. Esto quiere decir que si la foto que te la tomaste una noche que estuvo llena de diversión y buenos momentos, probablemente tu opinión sobre la misma sea más positiva. Sin embargo, si dicha jornada fue aburrida o estresante, tu juicio se tornará más negativo. También cabe señalar que la mente humana tiende a descartar los recuerdos negativos y los que entiende como una amenaza real para quedarnos con los momentos en lo que hemos sido felices. Y este sesgo beneficiará nuestros pensamientos sobre la propia imagen.