La viróloga Angela Rasmussen es contundente sobre el origen de la COVID: “No hay discusión”

La viróloga defiende la teoría que sitúa el origen de la COVID-19 en el mercado de Wuhan, pero no descarta que el virus pudiera haber salido de un laboratorio.

As.com
La viróloga Angela Rasmussen ha concedido una entrevista al diario británico The Guardian en la que se ha pronunciado con rotundidad sobre el posible origen de la COVID-19. Ella y otros 17 coautores publicaron un estudio en Science sobre ello, con el que pretenden cerrar el debate de los inicios del coronavirus.

Rasmussen explica que, si bien no podemos identificar el animal exacto que infectó al humano con la COVID-19 por primera vez, “no hay otra explicación” sobre el lugar en el que se originó: “No hubo ningún caso de COVID-19 en Wuhan ni en ningún otro lugar antes de estos primeros casos que analizamos”. El estudio explica dos motivos por los que la COVID se originó en el mercado de Wuhan.

Dos razones por las que el origen de la COVID fue el mercado de Wuhan

“Nadie discute que hubo muchos casos tempranos asociados con el mercado. La pregunta era, ¿podría el virus haber venido de otra parte y haberse amplificado en el mercado?”, se preguntaron Rasmussen y su equipo. La viróloga explica que excluyeron los primeros casos que sí habían estado en el mercado de Wuhan, y se dieron cuenta que aquellos otros primeros infectados que no lo habían visitado tenían relación con esos casos excluidos.

“Eso es consistente con el hecho de que el virus adquirió la capacidad de transmisión de persona a persona en el mercado, de modo que las personas que no habían estado allí comenzaron a contraerlo de quienes sí lo habían hecho”, señala Rasmussen.

Por otro lado, el equipo comparó los puestos en los que se vendían animales vivos en el mercado de Wuhan y los puntos en los que se detectaron rastros positivos de COVID en el mismo mercado. “Estas muestras positivas se agruparon en la parte del mercado donde se vendían los animales vivos; procedían de jaulas, carros y equipos que habían estado en contacto con esos animales. Eso no era muy conocido”, señala Rasmussen, que además lanza una hipótesis sobre el animal desde el que pudo saltar la COVID a los humanos:

“Por una loca coincidencia, en 2014 uno de mis coautores, Edward Holmes, había tomado una fotografía que mostraba un puesto en particular donde los perros mapaches vivos, que son susceptibles al Sars-CoV-2, se mantenían en jaulas apiladas en un carro. Tomó la foto mientras científicos chinos le daban un recorrido por el mercado que consideraban que tenía un alto riesgo de propagación viral. Ese puesto luego produjo cinco muestras positivas para Sars-CoV-2″.

“Finalmente, demostramos que muchas de las especies a la venta en el mercado son susceptibles a la infección por Sars-CoV-2. Fuimos los primeros en juntar toda esta evidencia y decir que cuando miras la imagen completa, realmente no hay otra explicación que no sea que el virus comenzó a propagarse en la población humana en ese mercado”, concluye la viróloga.

¿Fuga de un laboratorio?

Cuando le preguntaron si era posible descartar la opción de que el virus saliese de un laboratorio, Rasmussen contestó lo siguiente: “No creo que puedas descartarlo por completo, pero hemos demostrado de manera bastante concluyente que proviene del mercado”. ¿Por qué lo descarta? La viróloga explica que, en sus inicios, el coronavirus ya existía en sus linajes A y B, siendo el B el más antiguo. Ambos estaban presentes en el mercado cuando el virus comenzó a extenderse.

“Ahora bien, si el virus se hubiera escapado de un laboratorio, alguien hubiera tenido que infectarse con el linaje B en el laboratorio, ir al mercado e infectar a la gente allí sin haber infectado a nadie en el camino, y luego alguien más habría tenido que hacer exactamente lo mismo con el linaje A unas semanas más tarde. No es imposible, pero una explicación más simple es que el virus fue llevado al mercado en un animal, desde donde se propagó a otros animales, divergiendo en el proceso”.

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