El poder del chocolate: cuáles son los efectos en el cerebro luego de comer cacao
Científicos demostraron en un estudio de laboratorio que su consumo aumenta el flujo sanguíneo cerebral, lo que reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas
Un nuevo estudio recientemente publicado en Nutritional Neuroscience ha reforzado la evidencia previa de los efectos prometedores del chocolate negro en la salud cognitiva.
Los nutricionistas generalmente recomiendan consumir chocolate en pequeñas dosis porque puede tener un alto contenido de calorías, grasas y azúcar. Sin embargo, el cacao, el ingrediente principal del chocolate derivado de la semilla de la planta de cacao, tiene numerosas cualidades que podrían ser beneficiosas tanto para el cuerpo como para la mente.
En particular, el cacao puro es altamente nutritivo y es una poderosa fuente de antioxidantes, sustancias que pueden prevenir o retrasar el daño celular causado por los radicales libres. Moléculas inestables y altamente reactivas producidas por el cuerpo cuando responden al estrés ambiental asociado con el envejecimiento y la enfermedad. Además, se ha descubierto que el cacao ayuda a regular la presión arterial y previene el deterioro cognitivo.
Elham Kalantarzedeh, Maryam Radahmadi y Parham Reisi, tres investigadores de la Universidad de Ciencias Médicas de Isfahan en Irán, realizaron este estudio en ratas para investigar el impacto de diferentes patrones de consumo de chocolate negro en las diferentes partes del cerebro y sus efectos en las condiciones expresadas por la población de laboratorio luego de las investigaciones.
Parham Reisi, especialista del Departamento de Fisiología de la Universidad de Ciencias Médicas de Isfahan de Irán y autor principal de la investigación, indicó que “aunque el estrés causa disfunción cerebral, el consumo de chocolate amargo tiene efectos positivos en las funciones cognitivas. Nuestro estudio actual investigó el impacto de diferentes patrones dietéticos de chocolate negro en la potencia sináptica y la plasticidad en el hipocampo, así como la ingesta de alimentos y el peso corporal en ratas en aislamiento crónico”.
Esencialmente, Kalantarzedeh y sus colegas querían determinar si comer chocolate amargo en diversos grados afecta el poder y la plasticidad (es decir, la adaptabilidad en el tiempo) de las sinapsis (es decir, pequeños espacios a través de los cuales diferentes neuronas se comunican entre sí) en el área CA1 del hipocampo. Para hacer esto, tomaron 35 ratas y las dividieron en cinco grupos de 7, cada uno de los cuales fue alimentado con chocolate negro mientras sufrían estrés crónico por aislamiento, y cada grupo siguió un patrón dietético diferente.
Los tres modelos de dieta de chocolate negro que probaron se denominaron estrés obligatorio, estrés opcional y estrés limitado. Los investigadores también midieron la ingesta de alimentos y el peso corporal de las ratas en las que probaron al principio y al final de su experimento. Curiosamente, descubrieron que todos los patrones de dieta de chocolate negro reducían tanto la ingesta de alimentos de las ratas como su peso corporal.
Los efectos más fuertes, sin embargo, fueron los causados por patrones dietéticos obligatorios y limitados. Los experimentos llevados a cabo por este equipo de investigadores sugirieron que el consumo sistemático de chocolate negro podría revertir los efectos adversos del estrés de aislamiento crónico sobre la potencia sináptica y la plasticidad del área CA1 del hipocampo. Esto, a su vez, tendría efectos beneficiosos tanto en la memoria como en el aprendizaje.
“Si nuestros hallazgos se confirmaran en estudios futuros con humanos, el trabajo ofrecería evidencia de los efectos positivos del cacao en el cerebro y las capacidades cognitivas”, concluyó el especialista.