Grand Slam: Los 22 títulos de Rafael Nadal, los 21 de Novak Djokovic y los 20 de Roger Federer, y el modelo estadístico que identifica cuáles son los más valiosos
Djokovic acaba de ganar su séptima corona de Wimbledon, cuarta consecutiva. No pierde un partido desde la final de 2013 contra Andy Murray. Tiene dos récords en el tenis masculino relacionados con los Grand Slam: es el único tenista que ganó nueve títulos luego de cumplir los 30 años y es quién suma la mayor cantidad de finales en singles: 32. Chris Evert lidera con 34 y Serena Williams tiene 33.
El tenis es portador de un virus que también tienen otros deportes individuales: de forma recurrente se busca establecer quién fue el mejor de todos los tiempos. O el mayor dominador en un segmento determinado. La imposibilidad de comparar épocas suele volver inútil ese ejercicio. ¿Pero qué sucede cuando esa rivalidad se produce con atletas que son contemporáneos?
Data Driven Sports Analytics (DDSA), una compañía australiana de inteligencia en datos deportivos que tiene como clientes a tenistas, entrenadores, clubes y federaciones -Ons Jabeur, finalista de Wimbledon 2022, utiliza sus servicios-, diseñó un modelo basado en el sistema Elo para determinar el valor adicional de los Grand Slams ganados por el poderoso trío del tenis masculino. Lo que hace el modelo estadístico Elo, popular por su uso para los rankings del ajedrez, es usar un sistema de puntuación que teóricamente da un valor relativo entre rivales.
DDSA -cuyo slogan es “Los números no mienten”- diseñó un modelo que toma en cuenta las superficies -polvo de ladrillo, cemento y césped- y la fortaleza de los rivales a los que enfrentaron Djokovic, Nadal y Federer en cada una de las finales que jugaron. Ante una cantidad semejante de títulos conseguidos por los tres, el modelo determinó que Nadal tiene una pequeña ventaja con un rating Elo promedio de adversario de 2131.1, seguido por Djokovic con 2122.7 y Federer con 1995.8. Una visualización de los datos que se encuentra en Instagram ofrece el detalle del análisis.
El uso de los datos en el tenis cada vez tiene mayor complejidad. Eso no implica algún tipo de utilidad solamente por generarlos, pero quienes toman decisiones o quienes tienen en sus manos narrar en detalle lo que sucede en los courts, cuentan con más herramientas para hacerlo. Las cosas obvias ahora pueden cuantificarse. Por ejemplo: el tenis propone un juego intermitente.
Según datos del Game Insight Group, una estructura de investigación construida por Tennis Australia y la Universidad de Victoria en Melbourne, el tiempo de juego consume apenas el 22.8 por ciento del tiempo total de los partidos, mientras que el tiempo “muerto” se lleva el 77.2 por ciento.
A la idea conocida de la cantidad de horas que puede durar un partido, se le agrega la noción de que mucho de ese tiempo en realidad se usa para recuperar aire, el diálogo interno del tenista -excepto Nick Kyrgios, claro está-, técnicas de relajación y todo aquello que no forma parte de la acción pero que sirve para la acción misma. Estos datos surgen del análisis de 2790 partidos en los que no se incluyeron el tiempo dedicado a la atención médica.
Es probable que discutir quién fue el mejor tenista de todos los tiempos sea una discusión inútil, especialmente porque los gustos y los diferentes criterios para medir las conquistas hacen que los datos estén llenos de “ruido”. Un sistema Elo puede acercar posiciones. Pero de todos modos, ahora, todos los reflectores deben apuntar a uno solo: Novak Djokovic. Va segundo en la carrera, pero este es su momento.