Fuera de juego. Universidades y científicos de datos: quiénes son los que aprueban la tecnología que usará la FIFA
La FIFA anunció el sistema semi automatizado de detección del fuera de juego. El dispositivo basado en 12 cámaras de tracking electrónico de rendimiento -EPTS según su sigla en inglés- y un chip instalado en la pelota tendrá su estreno máximo en Qatar 2022
Sobre la base de ese concepto, diez años después, la FIFA anunció el pasado 1° de julio el sistema semi automatizado de detección del fuera de juego. El dispositivo basado en doce cámaras de tracking electrónico de rendimiento -EPTS según su sigla en inglés- y un chip instalado en la pelota tendrá su estreno máximo en Qatar 2022. Es el resultado más reciente de una estructura de tecnología e innovación que encabeza Johannes Holzmüller, director de innovación tecnológica de FIFA y que aceleró sus proyectos a partir de 2019.
Todas las grandes ligas europeas ya tenían su ecosistema de análisis de datos y medición de esfuerzos físicos de los jugadores, pero la FIFA seguía esa carrera armamentística desde atrás. La decisión fue comenzar a validar la tecnología ya existente en el mercado e intentar ponerse al frente de las disrupciones. En ese 2019, FIFA utilizó las instalaciones del FC Barcelona para testear los diferentes sistemas de tracking y captura de datos físicos y de rendimiento y darles su bendición como una tecnología reconocida para el fútbol.
Para esa tarea encontró a dos aliados: el MIT Sports Lab y la Universidad de Victoria de Australia, instituciones educativas y de investigación que se involucraron con científicos de datos, ingenieros y especialistas en inteligencia artificial para acompañar el proceso de la FIFA.
En el caso del sistema para detectar el offside, MIT se encargó de verificar la veracidad de los datos recogidos en las pruebas del sistema durante la Copa Árabe y el Campeonato Mundial de Clubes 2021 en tanto que la Universidad de Victoria acreditó científicamente la tecnología la detección de las extremidades de los jugadores. Esta misión está a cargo de una estructura llamada Track integrada por científicos especializados en el deporte de elite y que también trabajan en tenis con el Abierto de Australia: analizan los datos de los fanáticos que van al torneo para conocer sus preferencias de consumo y compra de productos.
Lo que hizo la FIFA fue poner en línea a los diferentes proveedores de tecnología aplicada al deporte para validar la oferta de sus sistemas y a la vez orientar a las federaciones, ligas y clubes sobre el uso de softwares y dispositivos adecuados para cada necesidad. Bajo ese paraguas, Kinexon se posicionó como “proveedor preferido de la FIFA para el tracking en vivo y seguimiento de balones”. Esa compañía ya trabaja con la Bundesliga para ofrecer métricas de velocidad, distancia y datos del juego capturados a partir de la pelota.
Las primeras pruebas con el VAR fueron hechas en 2016. En 2018 ya se usó en el Mundial de Rusia. A seis años de su estreno absoluto, las diferentes ligas ya lo incorporaron a partir de soluciones más económicas puestas al alcance de las diferentes federaciones. “La tecnología para el offside por ahora es muy costosa. Estamos trabajando para que en el futuro sea más accesible”, deslizan desde Zurich.
Todo indica que el fútbol sudamericano discutirá la posición adelantada desde el “viejo” VAR durante un buen tiempo más.