Rey Vinicius
La temporada del brasileño ha sido excelsa. En el podio de los principales medidores de valor de futbolistas, arranca su primer curso como estrella consolidada.
Semejante tasación se repite en los demás medidores de valor de futbolistas de referencia. En el Observatorio del Fútbol del CIES (Centro Internacional de Estudios Deportivos), el de São Gonçalo está un peldaño más arriba y, con 185,3 M€, es segundo de una tabla que, hasta la decisión de Mbappé de renovar con el PSG, comandaba. Con su extensión hasta 2025, el parisino sube hasta los 205, 6 M€. Haaland es tercero en esta ocasión con 152,6 M€. En el Football Benchmark que trabaja de la mano de FIFPro, centrado en el análisis del mundo de los negocios en el deporte rey, el madridista vuelve a aparecer en segundo lugar (129,4 M€), con el ex del Dortmund pisándole los talones (129 M€). La sorpresa llega en la cima, que la ocupa Phil Foden (135,4 M€). Tiene su explicación, pues la última actualización data de abril, de modo que habrá fluctuaciones que, muy probablemente, devuelvan a Mbappé a las primeras posiciones y potencien el valor de Vinicius y Haaland aún más.
El ascenso
El brasileño, lógicamente, es consciente de su explosión, que además le ha convertido en una estrella global. Este domingo se dio un baño de masas en Maracaná, donde acudió para ver a su Flamengo y se llevó una sonora ovación cuando el videomarcador se posó sobre él. “¡Nací del Flamengo y siempre te amaré! Gracias por el cariño!”, compartió en su Instagram. Pero no se duerme en los laureles. “Ha sido una temporada muy especial y ahora voy a por más”, afirmaba en AS tras la gala benéfica que conmemoraba el primer año de vida del Instituto Vinicius Jr., que ayuda a cientos de niños. Si ha logrado sentarse en la mesa de los mejores del mundo ha sido gracias al trabajo y a las horas extra que le ha dedicado al entrenamiento en Valdebebas.
Como AS desveló en su día, seguía un plan personalizado para mejorar potencia y masa muscular y cuando todos se marchaban, a practicar la definición. Zidane invirtió mucho tiempo en ello, mejorar el tino y la toma de decisiones de su pupilo cuando era entrenador blanco. Vinicius, además, veía vídeos de otros jugadores. Antes de que definiesen, se los paraban, él pensaba entonces qué opción era la mejor y, acto seguido, finalizaba la reproducción de la acción. Así, picando piedra año a año y de la mano de su fulgurante comienzo de curso de cara a puerta (marcó 12 tantos en el último tercio de 2021), su confianza terminó de cimentarse.
Aspirante al trono
Florentino Pérez le señalaba como Balón de Oro del futuro y recordaba que le tratarían de renovar lo antes posible. Algo que, como ha informado este periódico, quedará sellado en el mes de julio. Una mejora contractual sustancial, a la altura de un futbolista que apunta a candidato al galardón dorado en las temporadas venideras. 22 goles, 16 asistencias, cuatro penaltis forzados y la sensación de ser, junto a Benzema, el clavo ardiendo al que Ancelotti podía aferrarse cuando peor venían dadas. Buena muestra fue la ida de semifinales de Champions ante el City, donde, con el equipo maniatado, lograron sacar un 4-3 del Etihad que mantenía viva la esperanza para la vuelta. Su eslalon desde el centro del campo ante Fernandinho que supuso el 3-2, con una definición fantástica, fue clave.
Mbappé y Haaland se han postulado como los herederos naturales de Messi y Cristiano en el reinado del fútbol, pero Vinicius quiere pelear esa corona. De hecho, la inteligencia artificial también refrenda su campaña estelar. En las cinco grandes ligas, solamente Mbappé ha tenido mayor incidencia en su equipo. Las acciones de Vini han generado 21,38 goles más de los esperados para el Madrid, mientras que Kylian llegó hasta 24,77. Haaland queda lejos, ha sido sexto de la Bundesliga con su 13,59, aunque las lesiones le han impedido alcanzar un mayor absoluto. Vinicius afronta un año clave en su crecimiento. Comenzará la temporada con sueldo de crack, con valoración de crack y con estatus de crack por primera vez en su carrera. Y un reto mayúsculo: demostrar que puede aspirar al trono del fútbol.
