Desde contaminación pandémica hasta energías renovables: cuáles son las claves para frenar el cambio climático
Para aplicar soluciones es necesario detectar las problemáticas. En el Día Mundial del Medio Ambiente la ONU, la OMS y UNICEF, entre otros entes, señalaron los temas que se deben abordar y cómo hacerlo para mitigar el calentamiento global
Hace escasas semanas, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que depende de las Naciones Unidas (ONU) señaló cuatro indicados claves del cambio climático que registraron “valores sin precedentes en 2021″. Se trata de: concentraciones de gases de efecto invernadero, subida del nivel del mar, contenido calorífico de los océanos y acidificación de los océanos. En palabras de los expertos, esta situación es un ejemplo de cómo “las actividades humanas están provocando cambios a escala planetaria en la tierra, el océano y la atmósfera” los cuales provocan “repercusiones nocivas y duraderas para el desarrollo sostenible y los ecosistemas”.
Según las estimaciones difundidas por la NASA, 2020 (junto a 2016) fueron los años más cálidos desde que se tienen registros, ya que fue en ese momento que la temperatura media mundial se ubicó en, aproximadamente, 14,9 °C. Es decir, que marcó un incremento de 1,02°C en relación con los niveles preindustriales (1850-1900). En ese sentido, los expertos de la OMM aseguraron que “los últimos siete años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia”. “En 2021, la temperatura media mundial superó en aproximadamente 1,11 ± 0,13 °C los niveles preindustriales”, advirtieron.
La evolución de la temperatura en el planeta desde 1880, momento en que comenzó el registro, hasta 2021 fue casi constante, según puede apreciarse en el video que abre esta nota. “Las condiciones meteorológicas extremas, que dejan ver en nuestra vida diaria los efectos del cambio climático, provocaron pérdidas económicas por valor de cientos de miles de millones de dólares, se cobraron un alto precio en vidas humanas y socavaron gravemente el bienestar de las personas, además de alterar profundamente la seguridad alimentaria e hídrica y agravar los desplazamientos”, afirmaron los expertos del OMM. Al tiempo que adelantaron que este año las “consecuencias se han agudizado”.
“Es solo cuestión de tiempo hasta que vuelva a batirse el récord de año más cálido jamás registrado”, dijo el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas. En ese sentido, aseguró que “nuestro clima está cambiando ante nuestros ojos. El calor retenido en la atmósfera a raíz de los gases de efecto invernadero de origen humano calentará el planeta durante muchas generaciones. El aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y el incremento de su contenido calorífico continuarán durante siglos a menos que se inventen mecanismos para eliminar el carbono de la atmósfera. Algunos glaciares han alcanzado el punto de no retorno y ello conllevará efectos a largo plazo en un mundo en el que más de 2 000 millones de personas ya sufren estrés hídrico”.
Cuáles son las claves que alarman a la ONU
Según el informe emitido por la OMM, las claves que marcaron récords en 2021 son:
- Concentraciones de gases de efecto invernadero: alcanzaron un nuevo máximo mundial en 2020 y en 2021 ya se relevaron datos de que aún se mantienen en aumento.
- Temperatura media mundial anual: en 2021 se ubico entre 1,11 ± 0,13 °C por encima de la media preindustrial (1850-1900), un valor menos cálido que los registrados en algunos de los últimos años debido al efecto de enfriamiento ejercido por los episodios de La Niña de principios y finales de 2021.
- Contenido calorífico de los océanos: “Se registraron niveles sin precedentes. La capa superior de los océanos, hasta los 2 000 metros de profundidad, siguió calentándose en 2021 y todo apunta a que lo seguirá haciendo en el futuro, un cambio irreversible en escalas temporales de cientos a miles de años”, alertaron desde la OMM, y aseguraron que el calor está penetrando en aguas cada vez más profundas, siendo que, en algún momento de 2021, “gran parte del océano se vio afectado por al menos una ola de calor marina ‘intensa’”.
- Acidificación de los océanos: estas grandes extensiones de agua absorben alrededor del 23 % de las emisiones antropógenas anuales de CO2 que se acumulan en la atmósfera, con lo cual se acidifican los océanos y ponen en riesgo a “organismos y servicios ecosistémicos y, por tanto, a la seguridad alimentaria, al turismo y a la protección de las costas”. Cuanto más disminuye el pH de los océanos, también decae su capacidad de absorción de CO2 de la atmósfera. “El IPCC concluyó que, con un nivel de confianza muy alto, el pH de la superficie de mar abierto se encuentra actualmente en su nivel más bajo desde hace como mínimo 26 000 años”, afirmaron.
- Nivel medio del mar a escala mundial: alcanzó un nuevo máximo en 2021, tras aumentar una media de 4,5 mm anuales durante el período 2013-2021, siendo que esta cifra, que es más del doble que la registrada entre 1993 y 2002, obedece principalmente a una pérdida de masa de los mantos de hielo más rápida.
Además, los expertos afirmaron que “aunque en el año glaciológico 2020/2021 el deshielo fue menor que en los últimos años, existe una clara tendencia hacia la aceleración de la pérdida de masa en escalas temporales multidecenales”, ya que se han reducido en 33,5 metros (equivalente de hielo) desde 1950, y el 76 % de esa pérdida de masa se ha producido desde 1980. Además, se registraron olas de calor excepcionales que batieron récords en la zona occidental de América del Norte y en el Mediterráneo, las inundaciones provocaron pérdidas económicas cercanas a los USD 17.700 millones en China y, solo en Alemania, de USD 20.000 millones; además de cuantiosas víctimas mortales. Mientras que las sequías afectaron a muchas regiones, en especial el Cuerno de África, Canadá, el oeste de los Estados Unidos, Irán, Afganistán, Pakistán, Turquía y la región subtropical de América del Sur.
Contaminación pandémica
Ya en febrero de 2022, como si esta situación no fuera lo suficientemente alarmante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que, por la pandemia, “entre el 30 y el 60% de los establecimientos no tienen como manejar los desechos” sanitario y se arrojaron hasta “3400 millones de mascarillas de un solo uso por día”. “La carga de desechos médicos de la pandemia amenaza la salud humana y ambiental, y expone la necesidad de mejorar la gestión de desechos”, aseguró el titular del ente sanitario internacional, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Hoy, el 30% de los establecimientos de salud (60% en los países menos desarrollados) no están equipados para manejar las cargas de desechos existentes, y mucho menos la carga adicional de COVID-19″, resaltó el organismo en un informe y detalló que la OMS envió más de 140 millones de kits diagnósticos a distintas naciones, los cuales tienen un “potencial para generar 2.600 toneladas de residuos no infecciosos (principalmente plásticos)”. Incluso, afirmaron que se usaron 731.000 litros de residuos químicos (que se traducen en un tercio de una piscina olímpica) y se aplicaron más de 8.000 millones de dosis de vacunas, con un potencial de desperdicio de 144.000 toneladas (88 000 toneladas de viales de vidrio, 48.000 toneladas de jeringas más agujas y 8.000 toneladas de cajas de seguridad).
En tanto, en lo referido a los barbijos, aseguraron que “una estimación sugiere que, en 2020, se desecharon hasta 3400 millones de mascarillas de un solo uso por día, lo que resultó en un volumen adicional considerable de desechos plásticos”. “El informe es un recordatorio de que, si bien la pandemia es la crisis de salud más grave en un siglo, está relacionada con muchos otros desafíos que enfrentan los países”, finalizó Adhanom Ghebreyesus.
UNICEF y una advertencia para los países “ricos”
Según un documento emitido por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “la infancia mundial crece en entornos poco saludables, rodeada de contaminantes nocivos y otros elementos que la perjudican, debido a las prácticas consumistas de los países más ricos”. En ese sentido, Gunilla Olsson, directora de la Oficina de Investigación de UNICEF, afirmó: “Las condiciones de vida insalubres dañan irremediablemente el bienestar mental y físico de los niños, su desarrollo cognitivo y sus perspectivas de una vida feliz y saludable. Para un niño que vive con altos niveles de tráfico o sin suficiente espacio verde para jugar, las opciones para escapar o contrarrestar estos peligros son pocas”
“Los datos muestran que los niños de las familias más pobres y grupos marginados no tienen una vivienda adecuada, lo que profundiza la desventaja y perpetúa los ciclos de pobreza”, advirtieron en un comunicado y aseguraron que, fuera de estos hogares, “el aumento de las temperaturas, la pérdida de biodiversidad, los fenómenos meteorológicos extremos, la presión sobre los recursos naturales y el creciente desperdicio son perjudiciales tanto para los niños como para el planeta”, siendo que estos daños ambientales, según UNICEF, “son consecuencia del consumo excesivo en los países más ricos, que contribuyen enormemente a la emergencia climática, agotan los recursos naturales y generan grandes cantidades de residuos electrónicos que se vierten el mundo en desarrollo”.
Por lo que aseveraron que “el nivel de consumo en la mayoría de los países ricos requeriría 3,3 planetas Tierra si se replicara en todos los países. Y si el ritmo universal fuera igual al de Canadá, Luxemburgo y Estados Unidos se necesitarían más de cinco planetas”. Entre los datos más relevantes expuestos por UNICEF se encuentran:
- Más de 20 millones de niños de los países evaluados presentan niveles elevados de plomo en la sangre.
- En Islandia, Letonia, Portugal y el Reino Unido un 20% de los niños está expuesto a la humedad y el moho en su casa, mientras que en Chipre, Hungría y Turquía esa exposición alcanza al 25%.
- Muchos niños respiran aire tóxico fuera y dentro de sus casas. México es uno de los países con más años de vida saludable perdidos por la contaminación atmosférica, con 3,7 años por cada mil niños. Finlandia y Japón se registran los datos más bajos, con 0,2 años.
El 99% de la población mundial respira aire de mala calidad, advirtió la OMS
Según la OMS, el 99% de la población mundial respira aire de mala calidad, siendo que la contaminación aérea enferma y hasta puede matar. En 2021, el organismo internacional señaló que la contaminación aérea puede provocar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como cáncer; e indicó que se registran más de 13 millones de muertes en todo el mundo, cada año, por causas ambientales evitables.
“Casi toda la población mundial (99%) respira aire que excede los límites de calidad del aire de la OMS y amenaza su salud”, dijo el organismo internacional y destacó que “las personas de los países de ingresos bajos y medianos sufren las exposiciones más altas”. “El material particulado, especialmente PM 2.5, es capaz de penetrar profundamente en los pulmones e ingresar al torrente sanguíneo, causando impactos cardiovasculares, cerebrovasculares (derrame cerebral) y respiratorios”, enumeró el organismo internacional y agregó: “Hay evidencia emergente de que las partículas impactan en otros órganos y también causan otras enfermedades”.
En lo que se refiere al dióxido de nitrógeno (NO 2), la OMS destacó que está vinculado “con enfermedades respiratorias, particularmente asma, lo que provoca síntomas respiratorios (como tos, sibilancias o dificultad para respirar), ingresos hospitalarios y visitas a salas de emergencia”. “Después de sobrevivir a una pandemia, es inaceptable tener todavía 7 millones de muertes prevenibles e incontables años de buena salud perdidos debido a la contaminación del aire”, aseveró la doctora Maria Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.
Desechos electrónicos: un riesgo para los chicos
La OMS emitió un primer informe sobre los desechos electrónicos y la salud de los niños, en el cual instaron a los países a que se apliquen medidas de forma urgente para proteger a millones de niños, adolescentes y embarazadas en todo el mundo de las consecuencia de la eliminación o el reciclaje irresponsable de aparatos eléctricos y electrónicos.
“Los volúmenes crecientes de artículos producidos y desechados están causando en todo el mundo lo que recientemente se denominó en un foro internacional como un ‘tsunami de desechos electrónicos’ que pone en peligro la vida de las personas. Si el mundo se ha podido poner de acuerdo para proteger los océanos y sus ecosistemas de la contaminación por plásticos y microplásticos, también puede aunar esfuerzos para proteger la salud de nuestros niños, que son nuestro recurso más valioso, de la creciente amenaza de los desechos electrónicos”, dijo al respecto el Director General de la OMS.
Según estimaciones, más de 18 millones de niños y adolescentes y 12,9 millones de mujeres se desempeñan en el sector no regulado de los desechos, con lo cual están expuestas a residuos electrónicos tóxicos que ponen en riesgo la salud del feto. “Los niños expuestos a los desechos electrónicos son más vulnerables a las sustancias tóxicas que estos contienen porque su cuerpo es más pequeño, sus órganos están menos desarrollados y se encuentran en una etapa de crecimiento y desarrollo rápidos. Por esta razón, el nivel de contaminantes que absorben es mayor en relación con el tamaño de su cuerpo y también tienen menos capacidad para metabolizar y eliminar las sustancias tóxicas”, alertaron.
“En cuanto a las embarazadas, la exposición a desechos electrónicos tóxicos puede afectar a la salud y el desarrollo del feto y tener consecuencias durante el resto de su vida. Algunos de ellos son los desenlaces adversos del embarazo (por ejemplo, la muerte fetal y el parto prematuro) o un peso y una talla bajos al nacer”, señalaron. Además, puntualizaron que “los desechos electrónicos también pueden empeorar la función pulmonar y la respiración, dañar el ADN, afectar a la función tiroidea y aumentar el riesgo de padecer ciertas enfermedades crónicas en etapas posteriores de la vida, como el cáncer y las cardiopatías”.
La necesidad de un cambio positivo
Luego de cada uno de estos aspectos negativos, la OMS, UNICEF y la ONU, entre otros entes, señalaron cuáles deberían ser los cambios que se podrían implementar para mitigarlos. Es más, el Secretario General de la ONU, António Guterres enumeró 5 claves para la transición hacia las energías renovables, ya que los combustibles fósiles (y los gases de efecto invernadero que producen) son responsables del calentamiento global. “Sin renovables, no puede haber un futuro”, dijo el funcionario
- Mejorar el acceso global a sus componentes y materias primas: es fundamental un sólido suministro de componentes y materias primas para las energías renovables, desde los minerales necesarios para producir turbinas eólicas y redes eléctricas hasta vehículos eléctricos. Es necesaria una coordinación significativa a escala internacional con el objetivo de expandir y diversificar la capacidad productiva global, al tiempo que se necesitan mayores inversiones para garantizar una transición justa.
- Nivelar las condiciones para implantar estas tecnologías en energías renovables: se deberán formar, de manera urgente, marcos políticos para optimizar y acelerar los proyectos en renovables y catalizar las inversiones del sector privado. Es necesaria la implementación de políticas y procesos que permitan reducir los riesgos del mercado y activar e incentivar las inversiones; incluyendo una simplificación y planificación, que permitan procesos normativos y, a su vez, impidan la aparición de nuevos obstáculos y trámites burocráticos. “Unas políticas precisas y sólidas, unos procesos transparentes, el apoyo público y la disponibilidad de los sistemas modernos energéticos resultan clave para acelerar la adopción, tanto de las tecnologías energéticas solares como las eólicas”, dijo Guterres .
- Cambiar los subsidios destinados a los combustibles fósiles a las energías renovables: son unas de las mayores barreras financieras que obstaculizan el cambio hacia las energías renovables. “Los subsidios para los combustibles fósiles son tan ineficaces como injustos. En todos los países en desarrollo, alrededor de la mitad de los recursos públicos destinados a un gasto que ayude al consumo de los combustibles fósiles beneficia a un 20 % de la población con mayor riqueza”, advirtió el FMI.
- Aumento de inversión en renovables: “Se necesitan invertir 4 trillones de USD anuales en energías renovables hasta el 2030 —contando con las inversiones en tecnologías e infraestructuras— para permitirnos alcanzar el cero neto en emisiones en el 2050″, señalaron desde la ONU. Al tiempo que afirmó que “la reducción de la contaminación y el impacto negativo del cambio climático podría llegar a ahorrar al mundo hasta 4,2 trillones de USD cada año hasta el 2030″. “Las renovables suponen el único camino hacia la verdadera seguridad energética, unos precios estables para la energía y oportunidades de empleo sostenibles”, concluyó el Secretario General.
Cambios positivos: mejoras para la salud
Por otro lado, en lo que respecta a los efectos sobre la salud, la OMS puntualizó algunos puntos para mejorar la calidad del aire, tales como: adoptar, revisar e implementar estándares nacionales de calidad del aire según lo establecido por la OMS; monitorear la calidad del aire e identificar las fuentes de contaminación; realizar y apoyar una transición hacia el uso de energía doméstica limpia en los hogares; sistemas de transporte público seguros y redes de transporte amigables para la población local; establecer normas más estrictas sobre emisiones y eficiencia de los vehículos (inspección y mantenimiento obligatorios).
Además, señalaron la importancia de impulsar viviendas energéticamente eficientes y que generen energía; mejorar la gestión de residuos industriales y municipales, reducir la incineración de residuos agrícolas, los incendios forestales y ciertas actividades agroforestales; e incluir la contaminación aérea en los planes de estudio sanitarios con el objetivo de que el sector de salud participe en la mejora de la calidad del aire.
En tanto, sobre los vertederos de desechos electrónicos, UNICEF instó a que “los exportadores, los importadores y los gobiernos adopten medidas eficaces y vinculantes para que estos residuos se eliminen sin perjudicar el medio ambiente y la salud y la seguridad de los trabajadores, sus familiares y sus comunidades; que estudien la exposición a estos desechos y sus efectos en la salud; que faciliten una mejor reutilización de los materiales, y que fomenten la fabricación de equipos electrónicos y eléctricos de mayor durabilidad”.
“El sector de la salud puede contribuir a combatir este problema tomando la iniciativa y divulgando prácticas correctas, realizando estudios, explicando la problemática a los responsables políticos, movilizando a las comunidades e implicando a otros sectores para exigir que la preocupación por la salud sea uno de los elementos principales de las políticas de gestión de esos desechos”, señaló la doctora Neira.