Dinamarca proyecta una revolución para Europa

El país escandinavo acelera la construcción de las 'islas de energía' tras el estallido de la guerra. El objetivo, dejar de depender del gas ruso.

Raúl Izquierdo
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Tras el inicio de la guerra en Ucrania, Europa pronto puso el foco en un objetivo: ante la amenaza de Rusia, debía reducir su dependencia del gas de este país. Algunos estados de la Unión Europea, como Estonia, Letonia o Finlandia tienen una dependencia cercana al 100%, mientras que en otros como Alemania ronda el 50%. Por ello, y especialmente tras las sanciones (este jueves Rusia cerraba un importante gasoducto para Europa), se buscan alternativas.

Dinamarca, ya antes del conflicto, tenía en mente la construcción de unas llamadas 'islas de energía' con las que calentarse en los largos y fríos inviernos nórdicos. Un proyecto sobre el que ya llevaba trabajando dos años, y que la semana pasada dio un empujón al anunciar el Gobierno que pretende acelerar su desarrollo para convertirse en algo sin precedentes, tal y como informa BBC. Servirían para suministrar energía a otros países de Europa.

Sobre estas islas artificiales, ubicadas en el mar del Norte, se encontrarán grandes construcciones con turbinas eólicas. Las estimaciones revelen que con ellas Dinamarca podría generar más energía que las producidas por otros parques eólicos que hay en el mundo. Será, además, el proyecto de construcción más grande del país, con un presupuesto final de más de 32.000 millones de euros.

Energía más limpia

La finalización de las obras estaba prevista para el año 2030, pero con el inicio del conflicto el Gobierno danés ha optado por acelerar el plan para poder disponer cuanto antes de una nueva alternativa energética al gas y petróleo rusos para Europa. "Dinamarca y Europa deben liberarse de los combustibles fósiles rusos lo más rápido posible", comentó el ministro de Clima, Energía y Servicios Públicos, Dan Jørgensen.

De acuerdo con el ministro danés, esta nueva vía será un "camino verde" con el que dejar de financiar la guerra de Vladimir Putin. En su opinión, el mar del Norte cuenta con un gran potencial de energía eólica para cubrir las necesidades europeas, por lo que pretenden crear más islas adicionales además de las planificadas en un primer momento en el proyecto.

Y es que cerca del 49% de la energía que produce Dinamarca procede de fuentes eólicas, por lo que el "gran potencial marino debe aprovecharse". De hecho, Dinamarca se convirtió en 1991 en el primer país en construir un parque eólico marino, por lo que cuentan con la experiencia necesaria en la materia para sacar el máximo rendimiento a sus instalaciones. Por otro lado, de acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, cerca del 16% de la generación de energía depende de Rusia (frente al 34% de hace seis años).

Islas de energía

Con el anuncio, a mediados del año 2020, la Agencia Danesa de la Energía dijo que serían las primeras en el mundo de ese tipo, con las que buscaban explotar los "inmensos recursos eólicos en los mares del Norte y Báltico. Servirán como centros que pueden crear mejores conexiones entre la energía generada a partir de la energía eólica marina y los sistemas de energía en la región alrededor de los dos mares".

Según la citada agencia, marcarían el comienzo de "una nueva era para la generación de electricidad a partir de energía eólica marina". En su momento se calculó que las turbinas podrían generar electricidad verde para, al menos, cinco millones de hogares. Ahora, con un incremento en el proyecto, se llegará a más familias en Europa.

El plan, entonces, era el siguiente: en una primera parte del proyecto se establecía una isla artificial en el Mar del Norte, que ejercerá de centro para los parques eólicos marinos que suministren 3 GW de energía, con un potencial final de hasta 10GW. Tras ello, habría una segunda isla más pequeña en el mar Báltico, en la isla de Bornholm, con la que esperan producir 2GW de energía. En la actualidad, para producir un 1GW, se necesitan unos 3.125 millones de paneles fotovoltaicos.

El concepto de ambas islas, aunque similares, presenta diferencias. La del Báltico se ubicará sobre una isla ya existente, por lo que está en la tierra. "Una isla dentro de la isla", lo definen. La grande, en el mar del Norte, sí que será una nueva contrucción artificial, con un tamaño esperado de 120.000 metros cuadrados, aunque podía llegar a triplicar su tamaño. Al ser considerada como "infraestructura crítica", el Gobierno controlará al menos el 50,1% de las islas, mientras que la parte restante será de empresas privadas.

Lo que todavía no está claro es dónde se situarán las nuevas islas anunciadas la semana pasada, que tendrán el objetivo de ayudar en el flujo de energía hacia Europa. El próximo 18 de mayo tendrá lugar una reunión en Esbjerg, en el sur del país, en la que se tratará el potencial energético en el mar del Norte. "La UE debe independizarse de los combustibles fósiles rusos lo más rápido posible y la mejor manera de avanzar es que los países europeos trabajen juntos para aumentar y acelerar la construcción de energía renovable en el mar del Norte", dijo el ministro danés.


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