Qué es el Avión del Día del Juicio Final y por qué está operativo estos días

El ‘Doomsday Plane’ de los Estados Unidos lleva haciendo vuelos de entrenamiento desde que empezó el conflicto de Rusia y Ucrania.

Cesar Otero
Desde que el 6 de agosto de 1945, a las 08:15 am, el Enola Gay hizo el primer uso de un arma nuclear en la historia de la Humanidad cuando dejó caer a ‘Little Boy’ sobre la ciudad de Hiroshima, el mundo entero entró en una nueva era. Una en la que todos los países querían tener sus propios terrores atómicos.

Desde entonces quedaron claras dos cosas: La primera es que sería muy poco probable ver una Tercera Guerra Mundial. La segunda es que si de verdad estallaba, la respuesta armamentística de las naciones haría que fuese la guerra más corta y destructiva de la historia, una “guerra a la velocidad de la luz” como la describió Michael Crichton en su novela Congo. Una guerra en la que el uso de un armamento nuclear mil veces más destructivo que el de la Segunda Guerra Mundial reduciría a cenizas el mundo entero.

La psicosis nuclear

Objeto de cientos de obras, desde tratados oficiales a especulativos, películas, series, videojuegos, el Apocalipsis nuclear sigue dando tanto miedo como cuando la psicosis nuclear / atómica estalló primero en los 60 con la crisis de los Misiles en Cuba -el mundo jamás sabría lo cerca que estuvimos de la realidad apocalíptica vista en las dos primeras películas de Terminator hasta muchos años después-, y luego en los años 80 viéndose reflejada en los films, cómics y series de la época.

Cuando Rusia invadió Ucrania hace dos semanas, uno de los primeros hashtag que salieron en Twitter acojonó al mundo entero, un mundo con varias generaciones de seres humanos que no saben qué es vivir un conflicto desde dentro: ‘Third World War’, la tercera guerra mundial. Y es que hoy día casi todas las naciones son potencias nucleares, y con la Guerra Fría de vuelta de nuevo, la realidad es que el loco de Putin puede desencadenarla si le da por hacer uso del arsenal nuclear ‘disuasorio’ -una palabra asquerosamente irónica que siempre se ha usado para definir este tipo de armas.

Por ello, el resto de naciones activaron sus medidas, entre ellas una Estados Unidos que entre sus órdenes ejecutivas -aquellas tomadas por las máximas autoridades y en secreto- mandó que su Avión del Juicio Final empezase a volar de nuevo.

GORDO15

Le llaman el Doomsday Plane, el Avión del día del juicio final: Washington mantiene desde los años 70 una flota de aviones Boeing 747 E4-B de mando y control llamados "Nightwatch" con el propósito específico de proporcionar una base aérea para que el secretario de defensa estadounidense y el personal militar de alto rango puedan realizar operaciones durante una guerra nuclear. Los aviones, que pueden permanecer en el aire durante días, están diseñados para soportar el pulso electromagnético de una explosión nuclear y pueden llevar a cabo misiones rutinarias de entrenamiento y preparación.

Con un coste por unidad de 200 millones de dólares y apodados ‘GORDO’ por la fuerza aérea USA, al menos un E4-B se mantiene preparado las 24 horas del día en todo momento. Y eso pasó hace 12 días, el 28 de febrero, cuando Vladimir Putin ordenó incrementar la preparación de las fuerzas nucleares rusas: un Boeing 747 con el indicativo ‘GORDO15’ despegó de una base de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Nebraska y había realizado una misión acompañado de otros aviones especializados de alerta temprana utilizados para rastrear misiles balísticos.

La salida nocturna del avión entre el 28 de febrero y el 1 de marzo, de 4 horas y media de duración en dirección a Chicago y de regreso, fue inusual, ya que en ella participaron otros aviones de alerta temprana y de mando y control, incluidos dos aviones "Cobra Ball", especializados en el seguimiento de trayectorias de misiles balísticos.

Doomsday Plane

Los sitios web de seguimiento de vuelos sugirieron a primera hora del martes que el mismo avión GORDO15 se estaba preparando para un segundo vuelo consecutivo. La Fuerza Aérea de Estados Unidos insistió el miércoles día 2 en que el vuelo del lunes había sido "rutinario" y no representaba una respuesta al anuncio hecho el domingo por el presidente ruso de que ponía a las "fuerzas de disuasión" de su país -en referencia a sus unidades de armamento nuclear- en un "modo especial de servicio de combate".

Cuando el presidente de EE.UU., Joe Biden, fue preguntado por un periodista el lunes 28 si los estadounidenses deberían estar preocupados por una guerra nuclear con Rusia, respondió: "No". Sobre el vuelo programado de emergencia del Doomsday Plane, un portavoz de la USAF señaló al medio iNews de Reino Unido que "El E-4B lleva a cabo misiones tanto operativas como de entrenamiento, que requieren viajar a una amplia variedad de lugares, tanto dentro de Estados Unidos como en todo el mundo. El vuelo del 28 de febrero fue una salida rutinaria y no fue una respuesta a acciones que tuvieran lugar en otras partes del mundo”.

Guerra a la Velocidad de la Luz

Aunque Putin se ha atrevido a usar misiles y armamento termobárico -el doble de dañino- en su invasión, la idea de recurrir al arsenal nuclear sigue desechándose por el mismo motivo por el que no se ha usado desde la IIGM: por la escalada rapidísima de destrucción que traería consigo. Pero es imposible no sentir estos días el miedo a la idea, la opción, la posibilidad de que pueda pulsar ese botón rojo en un acto de desesperación para no perder Kiev / Ucrania, y que consecuentemente el resto de naciones se vean obligadas a contestarle con su arsenal disuasorio.

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