Boca y otro paso atrás en eso de no autodestruirse en cancha
La baja intensidad del equipo en el segundo tiempo, la tardanza de los cambios y un empate que podría haber sido victoria. Sigue habiendo bastante por corregir.
Lo sucedido en el debut frente a Colón es un claro ejemplo de cómo el Xeneize se autodestruye en determinados momentos. Gracias al implacable cabezazo de Darío Benedetto, los de la Ribera lo ganaban bien y tenían controlado el desarrollo. Sin embargo, a partir de los 20 minutos del segundo tiempo, el equipo se pinchó y pidió a gritos una renovación que nunca llegó. Los cambios del entrenador aparecieron demasiado tarde y lo que era victoria terminó en empate.
El resultado no preocupa demasiado, ya que aún quedan muchísimas fechas por delante y la Copa de la Liga recién comienza. Por eso, el foco debe estar puesto en la capacidad de reacción que tendrá Boca cuando las cosas no salgan y la manera en que los de afuera puedan ayudar a los de adentro. Porque si bien en los encuentros lo definen los jugadores, la mano de un técnico también puede ser vital para conseguir cosas importantes.