Observan por primera vez cómo explota una estrella supergigante roja

Los astrónomos fueron testigos durante 130 días de la muerte de la estrella, situada a 120 millones de años luz de la Tierra y 10 veces más masiva que el Sol.

José A. Chozas
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Un grupo de investigadores ha sido testigo por primera vez en la historia en directo del final de una supergigante roja y han podido observar cómo ha sido su rápida explosión antes de colapsar en una supernova de Tipo II. Lo han conseguido gracias a dos telescopios de Hawái, el Instituto de Astronomía Pan-STARRS de la Universidad de Hawái y el Observatorio WM Keck.

Los investigadores, que estaban realizando el estudio Young Supernova Experiment (YSE), observaron durante sus últimos 130 días a la supergigante roja, antes de que se produjera su detonación mortal. "Este es un gran avance en nuestra comprensión de lo que hacen las estrellas masivas momentos antes de morir", ha declarado Wynn Jacobson-Galán, autor principal del estudio.

El investigador, graduado de la Fundación Nacional de Ciencias de la Universidad de California, se ha mostrado orgulloso del logro de su equipo: "La detección directa de la actividad anterior a la supernova en una estrella supergigante roja nunca se había observado antes en una supernova ordinaria de Tipo II. ¡Por primera vez, vimos explotar una estrella supergigante roja!".

El descubrimiento, que ha sido publicado en la revista The Astrophysical Journal, comenzó en verano de 2020 gracias a que Pan-STARRS detectó una gran cantidad de luz que irradiaba la supergigante roja. Meses después, en otoño de ese mismo año, fueron testigos en directo de una supernova que iluminó el cielo. Este momento fue capturado inmediatamente, y mediante el espectrómetro de imágenes de baja resolución (LRIS) del Observatorio Keck se obtuvo el primer espectro de la explosión de energía, denominado supernova 2020tlf o SN 2020tlf.

10 veces más masiva que el Sol

Estos datos evidenciaron la existencia de material circunestelar denso que estaba alrededor de la estrella cuando se produjo la explosión. Este mismo gas es probablemente el mismo que el Pan-STARRS había observado cómo era expulsado violentamente en la supergigante roja meses antes. "Keck fue fundamental para proporcionar evidencia directa de una estrella masiva en transición hacia una explosión de supernova", señala Raffaela Margutti, también autora del estudio.

La profesora de astronomía asociada en la Universidad de California explica que es "como ver una bomba de tiempo". "Nunca hemos confirmado una actividad tan violenta en una supergigante roja moribunda donde la vemos producir una emisión tan luminosa, luego colapsar y arder, hasta ahora", asegura. Esta estrella, situada a unos 120 millones de años luz de la Tierra, era 10 veces más masiva que el Sol.

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